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Alberto Rendueles
Lunes, 24 de marzo 2025, 01:00
En la extraordinaria hornada juvenil del Real Avilés Industrial de finales de los años ochenta había un joven delantero que hizo historia fuera de Asturias, especialmente en Extremadura y Salamanca, donde no se le podrá olvidar fácilmente. Se trata de Quique Martín (Enrique Martín Sánchez), que el día 3 de septiembre de 1995 escribió su nombre con letras de oro en la historia del Mérida, al lograr el primer tanto de este club en su estreno en Primera División.
El avilesino había llegado al club extremeño en el verano de 1995 para reforzar el equipo en su estreno en la máxima categoría del fútbol nacional. LO hacía procedente del Barcelona B –quien lo había fichado años atrás del Real Avilés– para ser una de las referencias ofensivas del club. Y pronto se ganó el cariño del público emeritense, ya que su debut vino aparejado con el gol de su equipo en ese primer partido liguero ante el Betis, en el estadio Romano José Fouto. El empate a uno final supuso un buen arranque de un Mérida que buscaba asentarse en Primera.
En aquella histórica jornada, el Mérida formó en su estadio con lo siguientes hombres, dirigidos por el balcánico Sergio Kresic: Leal; Dulanto, Loren, Luis Sierra, Toribio (Urbano, 72'); Ángel Luis, Correa, Reyes, José María; Lluís (Prieto, 62') y Quique Martín (Pissarev, 90'). No sería este el único partido con protagonismo del avilesino, sino que participó en otros treinta y seis más durante la temporada, en la que anotó un total de cuatro tantos, ante el Deportivo de La Coruña, Sevilla y dos ante el Real Oviedo, en la última jornada de Liga de esa temporada, que no impidieron el descenso del equipo.
En esta primera experiencia del Mérida en la máxima categoría le sirvieron a Quique Martín para vivir experiencias inolvidables como la que tuvo lugar en la segunda jornada liguera. Era la primera visita del conjunto extremeño de la campaña, y les tocó en suerte jugar en el Camp Nou ante el Barcelona. Aquel compromiso se saldó con un empate a dos goles que al avilesino le supo a victoria, ya que se acababa de enfrentar al club del que procedía y suponía toda una campanada en la primera visita de la historia del Mérida en esa categoría.
El equipo no decayó con ello en su empeño y regresó a Primera División en la temporada siguiente, esta vez como campeón de Segunda, y en la que Quique Martín volvió a ser un claro protagonista.
De hecho, fue el máximo goleador de la temporada, con catorce tantos, empatado con Turu Flores, de la Unión Deportiva Las Palmas.
Este habilidoso extremo avilesino, que siguió los pasos de su hermano Jesús, exfutbolista de Ensidesa y Real Avilés Industrial, tuvo un buen periplo deportivo tras dejar el Mérida. No en vano, militó en el Espanyol de Barcelona, Villarreal, Unión Deportiva Salamanca y Terrasa, en los que fue todo un referente hasta su definitiva retirada a los treinta y ocho años de edad. Una dilatada trayectoria que le ha servido para ser, en la actualidad, el cuarto futbolista que más partidos ha disputado en la historia de Segunda División.
El más pequeño de los hermanos Martín –de un total de seis– jugó en esta categoría de plata del fútbol nacional en el Barcelona Atlético, Salamanca, Terrasa y Mérida), en los que acumuló un total de 425 encuentros, y solo se ha visto superado a lo largo del tiempo por los 426 de Fernando Seoane; los 435 del delantero Rubén Castro; y los inalcanzables 571 de toda una leyenda del fútbol nacional como es el exilicitano Nino.
Pero donde mayor impronta dejó Quique Martín fue en la Unión Deportiva Salamanca, donde fue santo y seña de sus últimas temporadas, y allí militó en varias etapas, sin olvidar nunca sus orígenes y la excelente hornada con la que se crió en los campos de fútbol de La Toba. Con él estaban nombres tan recordados en la cantera avilesina y en sus equipos superiores como los de Santi Cuesta, Nacho Castro, Rafa, Julio Iglesias, Edu, Espejo, Manel, Aragón, Toño Castro, entre otros, algunos de los cuales llegaron a tener la vitola de la internacionalidad.
Un grupo de jóvenes que dejaron una gran estela en la cantera local y en algunos casos siguen dando ejemplo como entrenadores o miembros de cuerpos técnicos como ocurren con Nacho Castro, Rafa o Manel. En el caso de Quique, estuvo más centrado en la trayectoria de su hijo en el fútbol base, aunque se llegó a plantear proyectos deportivos con excompañeros.
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