Cantera. Una escuela que se multiplica cada año

«Con el trabajo que hemos ido realizando demostramos al Ayuntamiento que éramos un proyecto serio. Creyeron en nosotros y, pase lo que pase en el futuro, para mí ya es un orgullo que en Avilés haya en estos momentos tres campos de rugby para jugar competiciones oficiales y otro más para entrenar. Es algo que no ocurre en prácticamente ninguna ciudad, y menos de la dimensión de Avilés», reconoce orgulloso el presidente Felipe Blanco.

El club tiene equipos en todas las categorías, desde sub 8 hasta sub 18, además de un femenino y un regional, que sirve como paso intermedio desde el sub 18 al primer equipo, destinado a la competición de élite. A todo ello, el próximo curso se sumará a la lista por primera vez en la historia un equipo sub 23, pues todos los equipos que militan en División de Honor deben contar con un equipo de jóvenes promesas que dispute la liga de filiales.

Para ello, el Belenos contará con la ayuda del All Rugby Llanera, que cuenta en sus filas con una leyenda del deporte del oval asturiano como es Xabi Guerediaga. «Estamos muy agradecidos al Llanera por unirse a nosotros en este proyecto de formación de jugadores. Siempre he dicho que unidos se llega más lejos y que el Pasek Belenos haya ascendido a División de Honor es una gran noticia no solo para nosotros, sino para todo el rugby asturiano».

El crecimiento de la escuela del club ha sido evidente desde hace más de una década. De cincuenta licencias que manejaba el club sobre el año 2010, ahora se superan las doscientas, un número que va aumentando a ritmo de récord temporada a temporada. «El rugby es más visible en la ciudad, es un deporte con unos valores que enganchan y las instalaciones también ayudan. Ahora mismo es muy fácil jugar en el Belenos, económicamente con las ayudas que damos es también asequible y los padres están cada vez más implicados».

Otro punto clave fue la creación del campus multideportivo de verano hace ya siete años, que se ha convertido en toda una referencia a nivel regional. La pasada edición, a pesar de tratarse del año después de la gran ola de la pandemia, se inscribieron nada más y nada menos que 300 niños y niñas. Unos números que asombran y que también han ayudado a impulsar la cantera.