Un plan de Urgencias del San Agustín facilita la donación de órganos

«Esta labor intenta favorecer que toda la población que quiera ser donante de órganos pueda hacerlo, que el hecho de estar en un hospital comarcal no le anule esa posibilidad, o que si nunca se la habían planteado, dentro de la situación tan difícil en la que se encuentran, puedan buscar un final de vida que dé vida a otra gente», explica la jefa del Servicio de Urgencias del hospital San Agustín, Mercedes Albuerne.

La implicación de los servicios de Urgencias en esta iniciativa responde «a la mayor demanda de donaciones ante el aumento de trasplantes» y se enmarca dentro del convenio colaboración alcanzado hace unos años entre la Organización Nacional de Trasplantes y la Sociedad Española de Medicina de Emergencia (SEME). Un acuerdo que considera que los profesionales de urgencias son uno de los pilares fundamentales en la identificación y derivación de posibles donantes a las unidades de cuidados intensivos. «La ONT había visto en principio que los pacientes que eran donantes lo eran porque fallecían en una UVI, pero había muchos pacientes en Urgencias cuya situación era por desgracia catastrófica e irreversible hacia una muerte encefálica que quizá perdían la opción de donar».

Para empezar a llevar a cabo esta labor desde el Servicio de Urgencias del San Agustín fue necesario formar a los profesionales, desarrollar una estructura y poner en marcha procedimientos con los que antes no se contaba. «Nuestro grupo de trabajo de Urgencias está integrado por médicas del servicio. Ellas están haciendo una formación más específica, para luego poder hacer más formación en cascada con el resto del servicio», apunta Albuerne.

Dotarse de herramientas de comunicación y mejorar su formación en técnicas de mantenimiento del paciente son los dos aspectos más destacados de esta formación específica. En cuanto a la parte comunicativa, el aprendizaje se centra en la atención y el diálogo con las familias del paciente, practicando las entrevistas para la posible donación. «Son entrevistas complicadas en las que en un momento muy complejo les estás solicitando la toma de decisiones en muy poco espacio de tiempo», explica Ana Municio, coordinadora del grupo.

El primer paso es «tener claro que la evolución del paciente es hacia una muerte encefálica». Después, en esta situación tan delicada «los médicos de Urgencias debemos ser claros, honestos, sinceros y cautos. Debemos hablar con ellos de una manera directa sobre la situación del paciente», indica Luisa Piña. «En Urgencias solemos ofertarles siempre un ingreso en UCI pero hay que dejar claro que no se hace porque haya posibilidades de recuperación, sino solo de cara a una posible donación y hasta que se pueda hacer el traslado al HUCA que es el único hospital de Asturias donde se realizan las extracciones», añade. La valoración que concreta que ningún tratamiento puede salvar la vida a estos pacientes es multidisciplinar, «generalmente se habla con neurocirugía porque son pacientes con lesiones cerebrales catastróficas».

Algo muy importante es también «explicar a las familias que han decidido donar los órganos de su ser querido que siempre pueden revocar esta decisión», destacan.

La segunda parte de la formación se centra en los cuidados orientados a la donación. Es decir, «cómo debe ser el tratamiento de ese paciente para preservar los órganos en condiciones óptimas para la donación», apunta Municio.

El tipo de paciente al que en el Hospital San Agustín se le puede ofertar como cuidados al final de la vida ser donante es «aquel paciente que presenta una lesión cerebral catastrófica y que vaya a evolucionar a muerte encefálica, indica Mercedes Albuerne. Los casos suelen darse en su mayoría traumatismos craneales muy severos, hemorragia cerebral masiva, un accidente cerebrovascular isquémico. En cuanto a la edad, «no hay límite, todos podemos donar», concluye Mercedes Albuerne.