El plan de dragado de la ría contempla depositar el material cerca de Salinas

El dragado del puerto para mantener su calado es fundamental para garantizar la actividad de los buques de gran tonelaje que entran y salen con materias primas y productos ya acabados para y de las principales empresas asturianas. La Declaración de Impacto Ambiental sobre el dragado que hace casi dos años emitió el Ministerio de Transición Ecológica fue un mazazo por el alto nivel de exigencia. La Autoridad Portuaria lleva este tiempo tratando de que se modifiquen las condiciones, pero hasta ahora solo se han aceptado parte de sus argumentos y ya es necesario acometer el dragado de la barra y el canal de entrada de la ría, de ahí que haya iniciado la contratación de esta actividad para este año y los tres próximos. Un contrato que se fija en casi 2,3 millones de euros.

Ante las pretensiones del Ministerio de Transición Ecológica de que el puerto deposite en la playa las mismas toneladas de arena que las que saque del fondo de la ría cada año, la Autoridad Portuaria había planteado la posibilidad de depositar en Salinas directamente el material que extraiga la draga de la barra y el canal de entrada del estuario, algo que hasta el momento no ha sido aceptado.

Pero, por si finalmente lo fuese, en las bases que rigen la contratación del dragado se incluye esta posibilidad. «Lo hacemos porque, si finalmente se acepta esto por el Ministerio, el tipo de draga tiene que tener unas condiciones concretas para poder depositar la arena lo más cerca posible de Salinas y El Espartal», apunta Santiago Rodríguez Vega, presidente de la Autoridad Portuaria de Avilés.

De momento es algo que no ha sido admitido, pero que el puerto defiende como lo más «sensato». Los técnicos estiman que anualmente podría extraerse de estas zonas de maniobra 60.000 metros cúbicos de material como máximo (240.000 en cuatro años) y que esa arena podría ser reutilizable para depositarla cerca de la playa porque tiene las mismas condiciones físico y químicas que el arenal. «Utilizando su propio argumento de que el puerto es un sumidero de la arena, nosotros planteamos devolverla». Según el estudio realizado por la Autoridad Portuaria, la arena que se saca del fondo de la ría es de dos tipos, uno de ellos son arenas de 0,20 milímetros y otros tienen concentraciones de metales, aunque su cantidad no sería peligrosa.

No obstante, se maneja una segunda opción que sería devolver parte de lo dragado y para el resto, crear una cuenta de provisión de fondos a la que iría asignando anualmente una cantidad que se calcularía en función de la arena con la que se deba compensar el sistema. Este fondo podría destinarse a inversiones de regeneración de la playa marcadas por el propio Ministerio.

En el pliego que incluye las condiciones técnicas para la contratación del dragado también se contempla, por si fuera necesario, que la empresa que resulte adjudicataria tenga que realizar el depósito del material extraído en tierra para ser analizado cuál sería susceptible de verter de nuevo al sistema para contribuir a la regeneración de la playa y cuál no.

La Autoridad Portuaria confía en que en los próximos meses haya una resolución definitiva sobre el dragado después de que se dictase ya en julio de 2018 las condiciones en las que debería de realizarse y el puerto lleve desde entonces esperando respuesta a sus alegaciones.