«Los adolescentes están bien informados, pero no son conscientes de los riesgos»

-Se dice que los jóvenes están bien informados sobre los riesgos de las redes sociales. Entonces, ¿por qué se dan casos como éste?

-Así es, por desgracia los chicos están muy advertidos, tienen mucha información, tienen muchos conocimientos técnicos, pero adolecen de la capacidad de realizar un juicio crítico sobre cuál es la forma correcta de interaccionar con las tecnologías y no son conscientes de los riesgos. Así muchas veces, como en el caso que nos ocupa, las utilizan para algo que no es debido y que trae consigo estos problemas. Además, creemos que falta también un seguimiento por parte de los padres, creemos que el problema está ahí.

-¿En qué se está fallando?

-Falta comunicación por parte de las familias y también, por desgracia, en algunas ocasiones hay algo de falta de interés, porque la asistencia a las charlas que impartimos en los centros educativos para las familias es mínima. Si al desconocimiento y la falta interés de las familias le sumamos la brecha digital que existe entre generaciones, porque los menores tienen mayor conocimiento de las tecnologías que los adultos, pues surgen estos problemas.

-¿Qué otros factores influyen?

-En estas edades hay una falta de percepción del peligro, afecta mucho la aceptación entre iguales, los grupos de amigos ejercen mucha presión y repiten esas conductas aún teniendo información de que son peligrosas, para no quedar excluido. Y en este caso de realización y difusión de imágenes, muchas veces está motivado por una capacidad de refuerzo de su autoestima y de reautoafirmarse. Y por último la edad de inicio de sus relaciones sexuales.

-¿Cómo deben actuar los padres para prevenir estas situaciones?

-Hay que hacer un seguimiento y acompañamiento de todo lo que hacen los hijos, mantener abiertos todos los canales de comunicación con ellos para que responsabilicen de sus acciones e informarlos sobre los problemas se van a encontrar.

-¿Y respecto a la edad de acceso a las nuevas tecnologías?

-Les estamos dando acceso unos instrumentos y tecnologías que, como estamos viendo, utilizados de forma inadecuada traen muchos problemas y cada vez a edades más tempranas. Si los padres consideran que lo tienen que tener deben informarles y formarles para que hagan un uso adecuado de ellos. Una tablet o un smartphone no son juguetes.

-¿En qué inciden ustedes cuando dan las charlas a los menores?

-La Policía Nacional, en colaboración con fundaciones y cibervoluntarios hemos implementado un programa de formación para sexto de primaria, ya hemos bajado la edad. Y abarcamos todo el espectro de tecnologías, desde identidades y uso de datos personales a seguridad en los videojuegos. Hacemos mucho hincapié en conductas como el 'sexting', relacionada con la difusión de este tipo de contenidos de índole sexual. También hablamos del 'grooming', que es el chantaje sexual que a veces hacen algunos pederastas.

-¿De qué delito se trata?

-Pues está relacionado con un delito de descubrimiento y revelación de secretos, tipificado en el artículo 197 del código penal. Insistimos mucho en explicarles que no se trata solo de grabarse y mandar imágenes, sino que el que transmite esas imágenes sin la autorización de la persona afectada puede tener una responsabilidad penal a los 14 años y de manera solidaria los padres.

-¿Cómo se debe reaccionar la familia ante un caso como este?

-Lo primero es no culpabilizar a las chicas, tratar la mayor cantidad de información posible para descubrir a los autores y que, a partir de ese momento, sean capaces de tener un juicio crítico sobre lo negativo de estos comportamientos. Hay que apoyarlos y, por supuesto, denunciar.