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FERNANDO DEL BUSTO
AVILÉS.
Jueves, 17 de noviembre 2022, 01:01
El fondo suizo Parter Capital trató de contactar con Víctor Rubén Domenech a los pocos días de hacerse con el control de Alu Ibérica y celebró en octubre de 2019 la primera reunión formal. Recuperar la actividad industrial nunca figuró en sus planes.
Al ... menos, así se desprende del informe de la Unidad de Delitos Económicos y Fiscales de la Policía Nacional sobre los indicios de las irregularidades en el proceso de venta de las antiguas fábricas de Alcoa en Avilés y La Coruña remitido al juzgado central de instrucción número 3 de la Audiencia Nacional donde la jueza María Tardón instruye la denuncia presentada por la Confederación de Cuadros y Profesionales a la que, posteriormente, se incorporaron todos los sindicatos de ambos comités de empresa y el gobierno de España.
Después de que el Grupo Industrial Riesgo fuese descartado por Alcoa en el proceso de venta, finalmente se hacía con la propiedad de las dos plantas de Alu Ibérica a través de la sociedad System Capital Management, permitiendo, desde esa posición de control «iniciar su particular proceso de enriquecimiento a costa de los centros», señala la Policía Nacional.
En análisis de la UDEF, la operación ya presenta irregularidades. Los trece millones de euros pagados por las plantas se financian con un préstamo que las dos plantas de Alu Ibérica hacen a System Capital sin que, hasta la fecha, se hubiese devuelto un euro. El dinero se transfirió a una cuenta en Suiza de Blue Motion, la compañía con la que Parter Capital había entrado en Alu Ibérica, desde una cuenta de la empresa aluminera.
En principio, se iba a usar una dotada por préstamo en el Banco de Santander pero al no disponer de suficientes fondos, se transfirió dinero desde una cuenta en el BBVA, también propiedad de Alu Ibérica.
Finalmente, para hacer la operación Luis Losada cedía sus poderes en System Capital a Joachim Magin, uno de los dos negociadores de Parter Capital, que realizaba las transferencias a través de una cuenta en una tercera entidad, Ibercaja. La transferencia se hacía, además, sin ninguna contraprestación que la justificase, lo que representa otra irregularidad, a juicio de la policía.
Una vez realizada la operación, se retiraron los poderes a Joachim Magin. Entre ambos actos tan sólo habían pasado ocho días y posibilitaba que trece millones de euros saliesen desde Alu Ibérica a las depósitos de Parter Capital en Suiza.
La operación se hizo, además, sin que los responsables del Banco de Santander, que tenían un crédito con Alu Ibérica, supiesen nada. La conocieron por los medios de comunicación y trataron de solicitar información, sin lograrlo.
De esta manera se cerraron unas largas negociaciones entre Parter y el Grupo Industrial Riesgo. El trabajo policial detalla las conversaciones entre los diferentes implicados y también entre las partes.
Así, Francisco Javier Fernández de Bobadilla, presentado como un estrecho colaborador de Víctor Rubén Domenech, le aconseja que no deje constancia escrita del pago de los quince millones de euros. En todo caso, la operación debe ser similar al formulado por Parter Capital. «Nos hace cada vez más partícipes de la salida de esos quince millones», advierte y recuerda que «nosotros no estamos pagando quince millones, ellos sacan quince millones de su empresa».
Finalmente, el precio se rebajó en dos millones de euros; los especialistas de la UDEF consideran que Domenech aceptó la participación al ser consciente de las posibilidades de Alu Ibérica. La cesión de poderes a Magin buscaba desvincularse de la operación, según el criterio de los investigadores.
Según la Policía Nacional, a los pocos días de asumir la gestión de Alu Ibérica, Parter Capital trató de localizar a Domenech sin lograrlo. Finalmente, en octubre de 2019, se celebra una reunión formal en Madrid donde se evidencia que Terhorst ya pensaba en la venta. Los registros policiales confirman que, antes de esa reunión, ya había una comunicación fluida entre ambos.
El encuentro de octubre sienta las bases de la futura operación ya que, según Domenech, «el nivel de desesperación de Parter» ha subido ante su desconocimiento de la actividad y el mercado español.
En diferentes conversaciones entre Domenech y Bobadilla, se comprueba que, en enero de 2020, Rüdiger Terhost envía información sobre las cuentas de Alu Ibérica al responsable de Alu Ibérica. Éste se sorprende al ver que los suizos «siguen sacando dinero» de la empresa.
Finalmente, poco antes de que la operación se cierre en marzo de 2020, Bobadilla comenta a Domenech que el fondo «ya ha robado todo lo que tenía que robar» y que no pueden hacer más «sin que explote la situación». La presión de los sindicatos provoca que se marchen, por lo que no entienden que mantengan una participación.
Las negociaciones fueron tensas. Rüdiger Terhost llegó cortar la comunicación con Domenech, que conoció las conversaciones de aquel con Quantum y también se habla de un fondo catarí. «Si le ocurre buscar a otro cliente me voy a hablar con el Ministerio y les cuento la trece-catorce, porque lo tenemos todo por escrito. Y lo vuelo por el aire». Finalmente, no fue necesario y ambos cerraron el acuerdo.
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