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ALEJANDRO L. JAMBRINA
AVILÉS.
Jueves, 19 de mayo 2022, 00:37
Cuando ayer Ana Belén García llegó a la parada de la calle Jardines para coger el autobús que la lleva al trabajo todas las mañanas se llevó una grata sorpresa al comprobar que el panel informativo con las líneas y los horarios de los autobuses ... ya está operativo, pasadas varias semanas desde que se instaló. Comentaba con cierta emoción la novedad con otros usuarios, «grande es bastante y la verdad es que salen un montón de líneas, esto es muy útil para saber cuánto le queda a tu bus», celebraban en un primer momento, pero la alegría no duraría mucho.
La línea que le interesaba en particular a Ana Belén era la L1, la que la lleva hasta el barrio de Versalles, donde trabaja, y la que utiliza más gente en Avilés y en el resto de la comarca ya que une el barrio avilesino de La Luz con Piedras Blancas.
Son las diez y cuarto de la mañana, en el cartel marca que faltan cinco minutos para que llegue su autobús y la noticia se celebra. «A ver si es puntual y si de verdad funciona», confía esta usuaria. Pero esos cinco minutos pasan y su autobús no llega.
El panel se actualiza, ahora pone que quedan cinco minutos otra vez y eso genera impaciencia. «Ya me parecía a mí, era raro que el primer día funcionase bien, ya tuvimos paneles hace tiempo y se estropeaban cada poco», comenta Ana Cano, otra usuaria que también espera por el L1.
Toca esperar de nuevo, con el cuello bien estirado para mirar el nuevo panel como si se tratase de una televisión gigante en la que están emitiendo un programa muy interesante. Los minutos pasan y el L1 sigue sin llegar a la parada. El panel se vuelve a actualizar y ahora pone que le quedan 36 minutos. Cunde el pánico. «Esto es de broma», se empieza a escuchar en la parada.
Finalmente, el L1 se atisba al final de la calle pasadas las diez y media. Han transcurrido veinte minutos desde que el panel marcó que quedaban cinco y eso no acaba de gustar a los usuarios. «Que pongan un panel está genial, es algo que veníamos pidiendo desde hace tiempo quienes utilizamos el autobús a diario, pero tiene que funcionar bien porque sino no sirve de nada», reflexiona Ana Belén García mientras espera, por fin, su turno para subirse al autobús.
La puesta en marcha de este nuevo servicio depende directamente del Consorcio de Transportes de Asturias, dependiente de la consejería de Cohesión Territorial del Principado, y parece que los fallos tienen una explicación. Desde el organismo explican que los paneles «están en una fase inicial de pruebas» y que en los próximos días «se irán ajustando e implementando nuevas funcionalidades». Esta implantación, junto a la instalación de las máquinas de validación que permitirán utilizar el nuevo billete único, son dos de las innovaciones que el Ayuntamiento de Avilés solicitó para mejorar el transporte urbano.
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