Olga Mesa: «La danza es como la vida, habla de nuestra presencia aquí y ahora»

Rendida desde el inicio de su trayectoria profesional a las posibilidades expresivas de la danza, la coreógrafa avilesina internacional Olga Mesa (Avilés, 1962) sigue ahondando y explorando en una disciplina a través de la que ella ha encontrado un lenguaje propio. La coordinadora del Aula de Cultura de LA VOZ DE AVILÉS, Mercedes de Soignie, la condujo ayer a través de una evolución artística, la suya, que dio pie a reflexionar sobre el impacto de la edad y del género en la danza y en su obra. Y juntas repasaron una trayectoria a la que ahora el Mercat de les Flors de Barcelona, en colaboración con su Museo de Arte Contemporáneo, presta especial atención con un ciclo del 21 al 30 de enero que la propia artista concibe como un reconocimiento.

Mesa se formó en danza clásica en Avilés con Catherine Rezard y con dieciséis años se fue a Madrid a completar sus estudios. Un primer paso hacia el «sueño» de convertirse en bailarina profesional que pronto amplió horizontes y comenzó a divisar puertos sin colonizar. «Yo pertenezco a una generación con una formación muy fuerte en danza clásica, pero que teníamos ya un interés muy grande por los nuevos lenguajes, de una manera casi autodidacta porque (en Madrid) no teníamos acceso a técnicas de danza que estaban desarrollándose ya en Francia y que venían de Estados Unidos», rememoró.

Su periplo formativo, en el que curiosidad, inquietud y necesidad creadora iban (y siguen yendo) de la mano, se forjó en Nueva York, donde vivió tres años, España, Portugal y Francia, país en el que finalmente asentó su residencia. Aunque desde que ella empezó a moverse profesionalmente en la danza contemporánea se ha avanzado mucho, cree que en España aún falta crear público. «Seguimos con los focos principales, Madrid y Barcelona, País Vasco y un poco Andalucía, pero falta por darse a conocer en el resto del territorio porque falta el desarrollo de nuevos públicos. Es un camino por hacer», señaló. En ese sentido, no es suficiente con los festivales internacionales, «que tienen un impacto», sino que hace falta una apuesta por la continuidad.

Para ella la danza «reúne a todas las artes porque se trabaja desde el cuerpo, se percibe desde el cuerpo, se piensa desde el cuerpo y se siente desde el cuerpo». Una presencialidad que ella compara con la vida misma. «Habla de nuestra presencia en este momento, aquí y ahora. Es la capacidad de atrapar el tiempo o viajar en él» y defiende el cuerpo como «un campo creativo impresionante y que se relaciona de una manera muy interdisciplinar con otros lenguajes».

Ese cuerpo es su laboratorio de trabajo, en el que «intuitivamente y de forma inconsciente» ha incorporado la repercusión de la edad sobre una bailarina y que ha usado incluso como herramienta feminista. Un discurso que reconoció no tener incorporado como propio cuando trabajaba sobre ello, pero que con la perspectiva se descubre como inquietud latente. «De manera intuitiva siempre he utilizado el cuerpo femenino como ese lugar de libertad y de reivindicación. Y el desnudo como manifiesto. Mi mirada es un grito y una necesidad de sacar los fantasmas y permitirse estar bajo los criterios personales propios. En mi obra hubo una necesidad de colocarse ahí y decir 'ahí mando yo y ahí estoy yo como mujer'», reflexionó.

Ahora se encuentra emocionada con el ciclo que llevará a Barcelona su proyecto 'Carmen//Shakespeare' con su colega Francisco Ruiz de Infante, con el que lleva diez años de colaboración, que incluye performance, exposiciones, vermú-encuentros y la revisión de su solo más popular 'Esto no es mi cuerpo', ahora reinterpretado por la bailarina Natasha Kouznetsova. «'Carmen//Shakespeare' es un proyecto desde el que hemos abierto muchos caminos. Estamos en un terreno que no es ni del uno ni del otro. Vemos la creación como una confrontación para que salga algo nuevo. Viniendo él de las artes plásticas visuales y yo, de la danza, ponemos sobre la mesa unas prácticas artísticas que se sorprenden, se contradicen, se complementan», afirmó.

Si la pandemia lo permite, pronto la artista presentará el libro 'Olga Mesa. Doble Visión', editado en Francia y traducido ahora al español.