ALBERTO SANTOS
AVILÉS.
Lunes, 18 de mayo 2020, 00:37
El Instituto Español de Oceanografía quiere recuperar el tiempo perdido y agilizar su compromiso con el Centro de Interpretación del Cañón de Avilés. Hace tiempo que cerró un acuerdo con el Ayuntamiento, pero contratiempos organizativos de la entidad científica han causado un retraso en ... su aportación que esperan superar en las próximas semanas, con el verano como horizonte más probable.
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El que será considerado como un museo del Cañón de Avilés como complemento del espacio expositivo y de divulgación Portus en el antiguo astillero Ojeda y Aniceto en el poblado de San Juan, en la margen derecha de la ría, aborda por tanto la recta final de su tramitación administrativa. En cuanto a la parte municipal, según aseguró a este periódico la concejala de Turismo, Raquel Ruiz López, «estamos definiendo los elementos que nos va a ceder el instituto Oceanográfico. El convenio ya lo tenemos acordado».
El propio Oceanográfico confirmó el pasado viernes que el futuro museo está tan solo a la espera de elegir los materiales que cederá al centro de interpretación avilesino. La entidad con sede en Gijón asume la responsabilidad del retraso debido a problemas organizativos que ha sufrido en su seno en los últimos meses. No obstante, la intención de sus responsables es que todo pueda solucionares antes del verano.
La falta de presupuesto ha paralizado el funcionamiento normal del Oceanográfico de Gijón, aspecto que está intentando solucionar su dirección con el Ministerio de Ciencia e Innovación, por lo que en los últimos meses se han dejado de lado otras cuestiones que se espera retomar.
El Cañón de Avilés es en realidad un conjunto de tres cañones que conforman un gran valle submarino de unos 75 kilómetros de longitud que se abre a unos doce kilómetros de la ría y alcanza una profundidad máxima de 4.700 metros. Según el Instituto Español de Oceanografía, constituye «uno de los ecosistemas más extraordinarios de la plataforma continental del mar Cantábrico» tanto desde el punto de vista geológico como faunístico.
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El Centro de Interpretación del Cañón de Avilés será el complemento de Portus Espacio, el espacio expositivo sobre el Puerto de Avilés que abrió al público en agosto del año pasado. Ocupa una parte de la nave del antiguo taller de carpintería del antiguo astillero Ojeda y Aniceto, en San Juan de Nieva, en la margen derecha de la ría.
El segundo espacio, compuesto por dos pequeñas salas, estará íntegramente dedicado al Cañón de Avilés -un conjunto de cañones de gran valor biológico y geológico situado a escasas millas de la costa que se hunde hasta los 4.700 metros de profundidad- y será habilitado por el Ayuntamiento antes de finales de este año, si se cumplen los plazos que maneja el gobierno municipal.
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Portus Espacio repasa la historia del puerto desde sus orígenes, en la Edad Media, hasta el día de hoy, con hincapié no solo en su evolución física y la de su entorno, sino también en su estrecha vinculación con la historia de Avilés y de Asturias. Con tal fin, en los últimos meses se han desarrollado una serie de actividades didácticas principalmente dirigidas a escolares y también al público en general.
El centro ha estado cerrado causa del estado de alarma por el coronavirus. En cualquier caso, las visitas deben concertarse previamente mediante solicitud cursada a través del correo electrónico (espacioportus@gmail.com).
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El inmueble ha sido recuperado y reacondicionado por la Autoridad Portuaria, que también se ha hecho cargo de Portus Espacio. La exposición se inspira y recoge algunos de los elementos de otra anterior en el Niemeyer, 'Portus', en 2015, conmemorativa del primer centenario del nacimiento de la antigua Junta de Obras del Puerto, embrión de la actual Autoridad Portuaria.
La integran una serie de imágenes y paneles y se distribuye en dos salas. La primera muestra el puerto actual, «un puerto pequeño dedicado fundamentalmente al tráfico de graneles sólidos y también de otras mercancías asociadas a la industria asturiana y a nuestras materias primas», según recoge el primero de los paneles.
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La segunda se centra en su milenaria historia, desde sus orígenes, en el siglo IX asociado al Castillo de Gauzón, y sus siglos como puerto de entrada de sal y de otros productos y de salida de madera hasta sus años como puerto carbonero, industrial y siderúrgico. También se detiene en su evolución física, con menciones a la privatización y posterior desecación de las marismas, a la emigración americana o a la industralización, así como a las distintas obras que a lo largo de la historia han ido conformando su actual configuración, más de cuatro kilómetros de muelles comerciales repartidos entre las dos márgenes, más el pesquero y el deportivo.
La gestión diaria de este espacio ha sido encomendada al arqueólogo Nicolás Alonso, responsable junto a la historiadora Cristina Heredia de las actividades que se desarrollan en el centro y su entorno. Incluyen itinerarios didácticos desde el entorno del faro hasta el propio centro, talleres, conferencias, coloquios, proyecciones y están previstos hasta conciertos.
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