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Mucho ha cambiado la celebración de la Nochevieja desde que en los noventa del siglo pasado se podía elegir entre las fiestas en discotecas u hoteles o salir de bares. La juventud, principalmente la juventud, llenaba las calles del casco histórico y las cajas de unos locales para los que abrir la madrugada de Año Nuevo era más que rentable. Pero los tiempos cambian y las costumbres también. Tras años en los que muchos bares optaron por cerrar porque no compensaba y algunos incluso se prestaban al alquiler de terceros, generalmente algún cliente, la hostelería parece haber encontrado la fórmula: fiestas privadas, con pago de entrada y control de aforo. Junto a ellas convive la opción más clásica y también más del gusto de muchos adultos, las cenas en restaurantes y hoteles, en este segundo caso con habitación incluida.
Paula Martínez, del Hotel Palacio de Avilés, confirma que la fiesta que organizan está «prácticamente llena». «Estamos a punto de cerrar», confirma. Cree que en este éxito ha influido «mucho» el menú porque se ha elegido «productos que aunque son típicos de la época navideña no están en todas las casas o también porque hay elaboraciones complicadas», comenta en relación, por ejemplo, las ostras escabechadas en cítricos y el faisán con cremoso de castaña.
No todos los bolsillos pueden decantarse por esta opción, dado que sin habitación son 220 euros, pero para muchas personas el Fin de Año es una celebración especial y se prestan a tirar la casa por la ventana. Aunque la mayoría de los comensales serán de la zona, les ha sorprendido que hay «muchas reservas» de zonas próximas como Galicia y Cantabria.
También cena ofrece el Hotel La Serrana con música en directo, una propuesta que convoca a un cliente de mayor edad. Los adultos más jóvenes tienen la opción solo de fiesta en el Allegro Ma Non Tropo. A partir de las 0.30 horas, Eventos Premium pinchará música al gusto de todos. «Será un 'remember' pero iremos adaptando en función de los asistentes y, por supuesto, aceptaremos peticiones. No vamos con un repertorio fijo», explican. La entrada son treinta euros e incluye dos copas. Una tarifa más o menos estándar esa noche especial.
En el Clapton, en Sabugo, la localidad baja a los 25, también con dos consumiciones. Es el segundo año que organizan la fiesta «para tener una clientela asegurada» sin sobrepasar el aforo. La música, en esta ocasión y sin que sirva de precedente, se abrirá a más palo que al rock que caracteriza al local.
El Don Floro se estrena porque el año pasado estaba cerrado y lo hace con la misma filosofía que la del Clapton y la de La Sede: garantizar la clientela. No hace falta ser el gerente de un bar para saber que, a partir de cierta hora, de un grupo de diez consumen dos personas. Aquí son 35 euros con barra libre de cava hasta los tres de la madrugada y tres copas.
En La Sede, en el Carbayedo, quieren celebrar su primera Nochevieja, «entre amigos». Esperan llegar al centenar de clientes y brindar con las dos copas que incluyen los veinte euros de entrada.
Los jóvenes en la treintena tienen en el Plaza's su lugar de referencia. Catorce años de celebraciones la han convertido en un clásico porque sus diferentes espacios permiten músicas para los distintos gustos. Además habrá 'photocall' y guardarropa, entre otros servicios.
A pesar de que esto es la tendencia, habrá quienes abran sus puertas a todo el mundo, por ejemplo en El Portón, en el que su nueva gestión ha decidido confiar la fiesta de Nochevieja al dj Saúl Cueto.
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Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
Clara Alba y José A. González
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