Rosa Fuentes
Avilés.
Miércoles, 7 de agosto 2024, 02:00
Muy formales, silenciosos, tranquilos y atentos, como si no fueran niños. Así se portaron los pequeños saharauis que pasan los dos meses de verano con una familia de acogida en Avilés y comarca al ser recibidos, ayer, en el salón municipal de recepciones por la alcaldesa, Mariví Monteserín.
Publicidad
En la comarca son una decena y llegan de la mano del programa 'Vacaciones en paz' que organiza la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui de Asturias. Aquí descubren lo que es y para qué sirve un ascensor o cómo es posible disponer de agua potable durante todo el año. Para algunos ésta no es la primera vez, para otros significa poder salvar una rodilla de seis años de vida en cuyo fémur se ha instalado un tumor. Se está intentando que lo atiendan en el Hospital Central de Asturias.
La alcaldesa los trató con cariño y delicadeza, y contó que la solución al conflicto del pueblo saharaui no ha avanzado nada desde hace 37 años, cuando ella estuvo allí por primera vez.
Monteserín culpó a la comunidad internacional por no saber resolver este conflicto y dijo sobre estas estancias que «al menos son un alivio para los niños y nos permiten aprender unos de otros». En este sentido, agradeció a las familias que los acogen porque «sin su contribución no podríamos hacer casi nada».
Magali Pulido Álvarez y su marido viven en San Juan de la Arena y han acogido por primera vez a una niña llamada Nabua, de nueve años. Ellos tienen una hija de seis y supieron que faltaban familias para acoger, lo que les animó a hacerlo. No conocen los territorios donde se asientan los campamentos, pero dicen que Nabua insiste en que vayan.
Belén Cueva Carbajal es coordinadora de 'Vacaciones en paz' y aseguró a este diario que estos niños «son los mejores embajadores de la causa saharaui porque ya nacieron dentro de los campamentos de refugiados y nunca conocieron la libertad como la conocemos nosotros».
Publicidad
Según dijo, venir aquí les sirve «para cargar pilas para todo el año porque allí toda la comida es precaria y debido al reconocimiento médico que se les hace se les detectan cantidad de pequeñas cosas que aquí se curan muy fácil, pero allí resulta imposible».
Reconoció la dificultad de las familias para acoger durante dos meses a estos niños a causa del exceso de trabajo, pero «menos tiempo no puede ser porque se necesitan al menos los dos meses para la integración y para las revisiones y para que se sientan cómodos».
Publicidad
Ya están con la cuenta atrás. El día 4 de septiembre harán el viaje de vuelta y alguno de ellos soñarán «todo el año» con este país.
3 meses por solo 1€/mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.