Artesanos de El Castillo dan vida al 'Nataliegu'

El Nataliegu es un tronco, normalmente de roble, que desde el 24 de diciembre hasta año nuevo ardía en los llares de muchas casas asturianas y en el que se dejaban bollos dulces para los niños. Después sus cenizas, a las que se les atribuía poderes sanadores y protectores para el hogar, se esparcían por la casa, las cuadras y demás dependencias.

El escritor y profesor Víctor Raúl Pintado 'Vitu' y el etnógrafo e ilustrador Alberto Álvarez Peña recuperaron el año pasado esta tradición y la plasmaron en un libro infantil, 'Un nataliegu perbullindiegu', que fue presentado en el Aula de Cultura de este periódico.

Las asociaciones Llendadores de suaños y Garabuxada se lanzaron este año a la búsqueda de un 'caborniu de carbayu', un tronco viejo y hueco de roble que se pudiese convertir en Nataliegu. Lo encontraron en un pilero de leña de Sobrevilla una pequeña aldea del concejo de Teverga, y tras explicar sus intenciones a sus dueños, Gerardo García y Marta Elena González, lograron salvarlo de la quema.

Una vez conseguido el tronco, Juan Carlos Fernández, el tallista de El Castillo, se encargó de darle forma y ha donado su obra con el fin de contribuir a recuperar una de las tradiciones navideñas más ancestrales, el tronco de Navidad que se quema en Nochebuena para dar protección y felicidad a las casas asturianas.

Clara Isabel Álvarez, mujer del artesano, y José Enrique Pulido, su cuñado, se encargaron de la restauración del tronco. Lo limpiaron, fijaron la poca corteza que le quedaba y le dieron una serie de tratamientos para asegurar su conservación. El 'mantelín' que cubrirá el tronco, donde se colocarán los 'bollinos' de la ofrenda del Nataliegu ha sido diseñado por Luz María Álvarez Prada, hermana de Clara Isabel.

Este tronco 'mágico animado' será el protagonista de la 'Ufrienda´l Nataliegu' (ofrenda del tronco de Navidad) que este año realizarán alumnos del colegio de Sabugo junto a los' llendadores' Lolina y Xesús, los ruleros en la Folixá de Navidá del próximo viernes en la Casa de Cultura.

Luz María Álvarez y Verónica Pulido, su hija, también han confeccionado el nuevo traje de gala de Lolina la rulera. La gran dama de la Navidad avilesina estrena vestimenta: falda verde asturiana, mandil de cuadros beis, camisa blanca y dengue granate, además de las típicas 'galoches' con las que se pescaba la angula en la ría de Avilés. Este peculiar calzado a modo de bota primitiva se hacía con unas madreñas a las que se le unía una caña de cuero que se impermeabilizaba con grasa para proteger del agua la zona de la pierna.