«Lo mejor del Celsius es poder hablar con los autores y los editores, es muy cercano»

«Descubrí el Celsius y decidí que tenía que venir. Tengo muchas ganas de conocer a los autores. Me llama la atención cómo está organizado el festival, de una manera cercana, con la posibilidad de hablar con los editores» afirma la madrileña Clara Altares, corroborando las sensaciones y los gestos de ilusión que se desprendían de la plaza.

«Ha sido especialmente interesante saber por qué la autora ambientó las obras donde las ambientó y como fue trazando los personajes. Este es como el octavo año que me acerco al festival yes muy evidente que cada vez crece más la participación», comenta la gallega María Nión, que valora esa ruptura de la barrera entre autor y lector.

Ricardo Ponce, recién llegado de Galicia, asegura que llegaba «como escritor, aunque aún no he publicado. Vengo a aprender, a hablar con la gente de las editoriales, saber cual es la experiencia con primer autor y saber cuales son los requerimientos para la puesta en marcha de los manuscritos. No es un Festival demasiado grande, pero quizá es eso lo que permite el contacto con el autor. Es la primera vez que vengo y me parece muy interesante», explicaba .

«El Celsius es un festival único en España. Se venden libros, la gente se interesa... somos aficionados al género y a nosotros nos encanta», trasladaban Pablo y Soraya, avilesinos y fieles a esta cita fija del mes de julio.

Uno de los cambios que ha traído bajo el brazo esta undécima edición es la experimentación y el crecimiento de una fórmula literaria completamente actualizada y adaptada a los tiempos de la interacción. Trae consigo el Celsius 232 sus diferentes versiones de un juego novelístico que permite al lector intervenir de forma directa en el devenir de los acontecimientos. Así, de forma paralela al espíritu fraguado en Celsius 232, una concepción no solo activa, sino interactiva de la narrativa anima a los lectores a adentrarse y formar parte de todo aquello que estaban siendo capaces de sentir a través de la lectura. Quien sabe si pueda ser este uno de los motivos por los que cada vez es más creciente la afluencia de personas que se dedican a la docencia y deciden acercarse desde muy distintas ubicaciones en el país, pese a que se corrobore, no obstante, en cada edición, que la fantasía está habitada por personas representadas por los perfiles más diversos, con las dedicaciones más alejadas entre sí e incluso con el más amplio abanico de edades.

El festival va dejando el rastro de una filosofía en la que la fantasía no es cosa de niños exclusivamente, como tampoco lo son los juegos de rol, a los que se ha dado un mayor protagonismo este año, consiguiendo el interés de asistentes naturales de todas las regiones y subrayando con ello un crecimiento sin parangón del interés por las actividades y experiencias que el encuentro ofrece, así como por la ciudad que lo creó.