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La vida de José Luis López Jara experimentó un cambio importante cuando en 2019 le diagnosticaron un tumor de riñón que motivó la extirpación del ... órgano. Aunque las biopsias posteriores evidenciaron que se trataba de un tumor benigno, la operación tuvo complicaciones imprevistas que le obligaron a regresar otras tres veces al quirófano. «No fue un error humano, normalmente todo sale bien, pero no fue mi caso», explica desde su domicilio en Las Chabolas.
Ya recuperado, a partir de ese año su vida incorporó una nueva rutina: un escáner de control cada año para confirmar que la enfermedad no se reproducía. Después de ese primer ingreso, la prueba se repitió anualmente, incluso en los años más duros de la pandemia. En 2020, 2021,2022 y 2023, López Jara acudía al Hospital Universitario San Agustín y confirmaba que todo se encontraba bajo control.
Normalmente, a principios del año recibía la citación para la exploración, que se realiza a la mitad del año, generalmente en julio. Sin embargo, este año se ha roto la dinámica y, al día de hoy, no tiene fecha para el control. «Estoy tranquilo porque en los años anteriores los resultados han sido negativos, pero me gustaría volver a hacer la revisión como todos los años», confiesa.
Cuando en el pasado mes de enero José Luis no recibió la citación no se preocupó. La costumbre era esperar al verano, pero conforme pasaron los meses y no recibía noticias del servicio de radiología su inquietud aumentaba.
De hecho, comenzó a acudir al hospital para preguntar. En citaciones de radiología le indicaban que no podían darle la cita de manera presencial, sino que debía telefonear y González compartía sus inquietudes con los especialistas del San Agustín. «Me decían que ellos no podían hacer nada, que tenía que insistir o presentar una queja», comenta.
Y a eso se ha dedicado, pero el teléfono se ha convertido en un muro infranqueable para José Luis González. El récord de llamadas lo alcanzó el jueves 31 de octubre, cuando telefoneó 53 veces al número que tenía registrado en su móvil. Ese día había acudido al propio hospital universitario y aprovechaba para llamar al centro sanitario.
«Unas veces daba comunicando, otras veces nadie lo cogía, incluso en algunas llamadas me decía que el teléfono no existía», recuerda. José Luis González Jara llegó a acercarse a citaciones de radiología y llamar observando la zona donde trabajaban las auxiliares, sin que sonase ningún teléfono o ellas hiciesen ademán de atender llamada alguna.
Entre llamada y llamada, José Luis González también revisó su móvil para comprobar si el número marcado era el correcto, como así era.
Pasada la festividad de Todos los Santos, José Luis González ha seguido llamando sin conseguir cita hasta el momento. Tampoco ha recibido comunicación alguna para la revisión. Confía en que en los dos meses del año puedan hacerle la prueba que confirme, como en años anteriores, que el tumor no se ha reproducido.
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