El acusado, ayer, a la espera del inicio del juicio. PALOMA UCHA

«Soy latino, voy a esa joyería, casualmente sucede algo y dicen que soy yo»

El acusado de haber robado a un matrimonio en un garaje a punta de cuchillo lo niega, mientras la pareja asegura «sin ninguna duda» que fue él

C. DEL RÍO

AVILÉS.

Martes, 15 de noviembre 2022, 01:08

El acusado de haber robado con arma blanca a un matrimonio en un garaje diversas joyas, entre ellas un reloj Rolex valorado en 43.000 euros, lo negó en el Juzgado de lo Penal Nº 2 a la par que exhibió varias veces su ... cuello para demostrar que no tenía el tatuaje que los denunciantes dijeron que tenía uno de los dos asaltantes, concretamente el que había puesto un cuchillo sobre el cuello de la mujer. «Soy latino, voy a esa joyería, como puedo ir a por harina al súper, casualmente sucede algo en ese negocio y dicen que soy yo», se defendió.

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En realidad los hechos no ocurrieron en una joyería, aunque el matrimonio denunciante regentaba una. El testimonio de ambos es la única prueba contra el hombre que ayer se sentó en el banquillo de los acusados, suficiente para que la Fiscalía mantenga su petición de cuatro años y medio de prisión. Su defensa, a cargo de Miguel Ángel Orella, lo considera insuficiente y más aún teniendo en cuenta que no se llevó a cabo ni una rueda de reconocimiento ni se les mostró a los denunciantes un álbum fotográfico con posibles autores sino que fueron ellos quienes identificaron a los atracadores como los dos hombres que días atrás habían estado en su joyería. Facilitaron las imágenes de la cámara de seguridad a la Policía Nacional que detuvo a uno de ellos.

Además de haber estado en el interior del establecimiento, según el relato del matrimonio, el acusado y un compañero «nos habían estado cuidando» y el 15 de septiembre de 2017 abordaron a la pareja cuando se disponía a sacar el coche del garaje. «La plaza es muy estrecha y yo tengo que sacar el coche de ella para que se pueda subir mi mujer», relató el marido. En ese momento, el acusado, con la cara tapada, le puso un cuchillo «de grandes dimensiones» mientras su compañero, que conminaba al hombre a parar el coche mientras lo amenazaba con un destornillador a través de la ventana, le gritaba «¡Mátala, mátala». A él le arrancaron dos cadenas del cuello y el citado reloj. A ella, una sortija con brillantes y el bolso con unos trescientos euros.

En el atraco se llevaron un reloj Rolex valorado en 43.000 euros, dos cadenas, una sortija de brillantes y dinero en efectivo

A pesar de que ambos llevaban la cara tapada no dudaron en reconocerlos como las dos personas que días atrás habían estado en la joyería. «Lo tuve más cerca que lo tengo ahora. No tengo ninguna duda», aseveró el joyero. Afirmó que trataba de desfigurar su rostro con una media transparente mientras que ella aseguró que solo se le veía la parte superior del rostro que ocultaba con «un gorro o braga». Esa contradicción junto con el tatuaje que el acusado no tiene y que la mujer declaró que tenía en la parte derecha del cuello («aunque lo hubiera eliminado siempre queda un rastro», apostilló la defensa) son dos de las razones por las que su abogado cree que no se puede admitir el testimonio de los denunciantes como prueba de cargo. «Entiendo que la situación existió y es traumática, pero no quiere decir que sea este señor», insistió.

El acusado, en su derecho a la última palabra, recalcó que siempre había estado a disposición de la justicia. «Nunca me he opuesto a venir. Hoy he venido desde Suiza, donde tengo una propuesta de trabajo. Tengo tres hijos que mantener. No quiero ir a la cárcel por un delito que no cometí», imploró.

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