IU y Podemos ya no ocultan sus discrepancias en el pleno de marzo

La ruptura del gobierno municipal provocada por la expulsión de los dos ediles de Podemos integrados en la coalición Cambia Avilés el pasado febrero volvió esta mañana al pleno municipal. Más que por la programada comparecencia de la alcaldesa, Mariví Monteserín, forzada por el Partido Popular., por dos intervenciones de los concejales de Izquierda Unida que no tuvieron reparo en exponer sus diferencias con sus antiguos compañeros de coalición. Los ediles de Podemos siguieron a su discurso. Vamos, que parecía más una ruptura amorosa al estilo de Pimpinela que un enfrentamiento político.

El primer tema fue la intervención de Agustín Medina, portavoz de Izquierda Unida, en las intervenciones durante la comparecencia, donde defendió la actitud de IU, asegurando que la remodelación del gobierno era una manera de intentar «ser lo más coherentes posibles». Y es que aseguró que los cambios habían sido provocados «por la deficiente gestión de festejos», respondiendo la retirada de las competencias a Sara Retuerto a «un amplio clamor de la ciudad». Sentada al lado de Medina, la edil citada repitió en su intervención los argumentos que ha venido exponiendo desde febrero: ausencia de negociación dentro del gobierno, ofrecimiento de concejalías vacías de contenido por un «sueldín» y «técnicas de matonismo» con filtraciones en los medios de comunicación donde no se conocían a los portavoces del gobierno. Al menos, desde esta mañana, ya sabe el nombre de un concejal que califica su gestión de desastrosa.

El portavoz del PSOE, Manuel Campa, aprovechó su intervención para replicar a Retuerto, asegurando que se habían hecho planteamientos de reorganización en el gobierno. «Dos no negocian si uno no quiere, y ante el silencio se tomó una decisión», aseveró.

Cuando todo parecía cerrado, una interpelación de David García, portavoz de Cambia Avilés, a sus antiguos socios de gobierno ofreció el segundo tema del 'recital' de esta mañana. García se interesó por la toponimia que se iba a utilizar en las nuevas marquesinas que se están construyendo en la ciudad. En concreto querían saber si habría toponimia en asturiano. La respuesta vino de Ana Solís, concejala de IU que lo sucede en la delegación de competencias sobre la llingua. «Sí», apuntó de manera escueta. García, entonces, agradeció la contestación y pidió que toda la toponimia estuviese en bable. Ana Solís agradeció la propuesta y recordó que sólo llevaba dos semanas en el puesto «y el trabajo ya debía estar hecho de antes».

La entrada en el debate de Arancha Martínez Riola, portavoz de Vox, evitó que el asunto fuese más y terminase en una defensa de la llingua como elemento patrimonial asturiano por parte de Ana Solís.

Antes, la comparecencia de Mariví Monteserín no aportó nada nuevo a lo conocido en la crisis de gobierno. Esther Llamazares lamentó que el Reglamento Orgánico Municipal fijase un proceso tan largo para las comparencias, lo que permitió que el gobierno le reprochase que quería saltarse las normas, algo que negó la edil. Monteserín que la crisis no había afectado a ningún proyecto de la ciudad y que el acuerdo firmado después de las elecciones con Cambia Avilés seguía vigente.

La alcaldesa defendió las declaraciones que hizo ella en el momento de cese de los concejales por una nota de prensa y el portavoz socialista, Manuel Campa, también recordó que él había protagonizado una rueda de prensa para aclarar todas las dudas sobre el proceso. Monteserín destacó que los cambios habían «reforzado la sintonía con los ciudadanos» y defendió la gestión de la crisis.

Los argumentos del gobierno no convencieron a la oposición. Desde el Partido Popular, Esther Llamazares se preguntó por lo que sucederá cuando este año toque la revisión del contrato del agua, sin que nadie del gobierno la respondiese.

Por su parte, desde Vox, su portavoz Arancha Martínez Riola expresó su preocupación por la «situación en la que queda Cambia Avilés, puesto que la ciudadanía no votó a IU ni a Podemos, sino a Cambia Avilés», afirmando que «no queda claro quien es el tránsfuga» en la actual situación.

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