Un Ironman que inspira a atender a los dependientes

Será la sexta vez que Manu García asuma el reto de nadar 3,800 kilómetros, pedalear 180 kilómetros y correr otros veinte. En total unas doce o catorce horas («más bien, catorce») que le pondrán al límite en una jornada que pretende que sea festiva. De mano ya ha conseguido implicar a los ayuntamientos de Gozón, en cuyas aguas nadará, el de Avilés y el de Corvera y espera conseguir también el apoyo del de Castrillón, concejo por el que también prevé que pase alguno de los circuitos.

Confía en que, bien en la de ciclismo o en la carrera, haya deportistas que se animen y se unan unos kilómetros con él porque cuantos más sean, más se verá el objetivo del Ironman. Paralelamente, espera que pueda haber alguna actuación musical o ambientación de algún tipo que contribuya a «lograr un compromiso social que luego pueda tener repercusión en el plano político». «Existe una verdadera necesidad de conciliación laboral y familiar en aquellas las familias que tienen un hijo con discapacidad o un gran dependiente a su cargo. Hemos mejorado, pero todavía no queda», señala.

A los niños del Marcelo Gago les explicó el espíritu de un Ironman, que no es ganar sino llegar a la meta y que, además, no lo puede hacer solo sino gracias a un equipo formado por cardiólogo, entrenador y fisioterapeuta y una serie de empresas que apoyan su lucha. «Esto es lo bonito de esto: que muchos pocos hacen un mucho», resumió.

Él, por su parte, entrena seis días a la semana dos disciplinas diarias y dos sesiones semanales de crossfit.