El inicio de la huelga paraliza Saint-Gobain

Representantes de los sindicatos SOMA-FITAG-UGT, Comisiones Obreras y Corriente Sindical de Izquierdas (CSI) se presentaron en las inmediaciones de la portería sobre las cinco de la mañana del domingo. Desde el pasado viernes el puente de la antigua FEVE se encuentra adornado con pancartas alusivas a la reivindicación, en la que se reclama inversiones y se defiende el futuro de una fábrica que llegó a Avilés en 1952.

A las seis de la mañana se producía el cambio de turno. Era el momento clave de la jornada y se vivía sin ningún problema. Entraban los nueve trabajadores de servicios mínimos (dos en Sekurit y siete en Glass) con la correspondiente acreditación y nadie más. Apenas había movimiento en las contratas que, ante los veinte días de conflicto, han tomado diferentes medidas: desde aplicación regulación temporal de empleo a traslado del personal a otros tajos.

La Policía Nacional realizaba una vigilancia constante y discreta de la portería, con una dotación que a lo largo de toda la jornada acudió a las inmediaciones de la fábrica para comprobar que no se producían incidentes.

De esta manera, el mayor reto de la primera jornada era entretener el tiempo. A lo largo del día, los integrantes del comité se vieron reforzados por compañeros que se acercaban hasta La Maruca. De esta manera, la presencia fue constante pero irregular, aunque hoy se espera a más gente.

No faltaron comentarios sobre la actuación de los servicios de limpieza municipal que, el pasado viernes, retiraron de las inmediaciones de la portería de Saint-Gobain neumáticos usados que se encontraban amontonados de anteriores conflictos. Sin embargo, los integrantes del piquete destacaban que otra basura que había por la zona, como botellas o latas, seguían esparcida por el suelo.

Los representantes de Comisiones Obreras; SOMA-FITAG-UGT y CSI también organizaron los turnos de permanencia en el piquete para asegurar el necesario descanso de sus integrantes. Además, de martes a jueves los integrantes de la comisión negociadora se desplazarán a Madrid para retomar el diálogo con la dirección.

Ayer, el comité de empresa lanzaba un primer mensaje a la dirección de Saint-Gobain. «Este conflicto comienza por la presentación del ERE; estamos dispuestos a abordar la reorganización de Sekurit, pero el despido colectivo se debe retirar de la mesa», declararon.

Con esta actitud, dirección y sindicatos retomarán mañana martes, día 21 de junio, las conversaciones en las dos mesas de negociación abiertas. En la primera se aborda el expediente de regulación de empleo temporal de doce días que se quería aplicar en junio.

La idea de la dirección es cerrar esa negociación mañana. Todo apunta que será sin acuerdo y, a partir de ahí, deberá decidir si inicia la tramitación del ERTE o no por la coincidencia con la huelga de veinte días convocada en ambos centros en España.

A partir de ahí, los esfuerzos de las partes se centrarán en negociar el despido colectivo de cien personas en Sekurit en España, de las que 42 se encontrarían en las instalaciones de Avilés y el resto se dividen entre en Arbós y servicios centrales.

La presentación del ERE es consecuencia directa de los nuevos planteamientos de la dirección mundial de Sekurit en Saint-Gobain. Su análisis a medio plazo concluye que el mercado del automóvil ha cambiado tras la crisis de la covid y que se va a un escenario en el que se venderán menos unidades y que, además, su ritmo de producción será irregular.

Al tiempo, existe preocupación al ver que los márgenes para los proveedores, como es su caso, son cada vez más estrechos a pesar de que los fabricantes cada vez exigen más a sus suministradores. La estrategia para asegurar sus resultados atiende tanto aspectos de mercado como de organización interna, aunque, al final, ambos se interrelacionan.

En el primero, Sekurit quiere reforzar su posición en el mercado de reparación, donde puede conseguir mejores márgenes. En el segundo, la dirección mundial ha decidido centrar las inversiones en las plantas más rentables mientras que aquellas que presenten números rojos, como es el caso de Avilés, saldrán del perímetro del grupo. En la situación de La Maruca conviven dos divisiones que, a efectos internos, la dirección considera independientes, como es Glass y Sekurit.

Esto significa que los ajustes sólo afectan a la segunda, si bien la plantilla ya ha dejado claro que se consideran una unidad y que las movilizaciones se abrirán a todos los trabajados. Esta situación inquieta a la dirección de Glass en Avilés, que piensa en la próxima renovación de su float, y teme que las turbulencias le pasen factura.

Ante este planteamiento del grupo, la propuesta de la dirección española de Sekurit fue presentar un ERE. El mensaje se puede entender en un doble sentido. Por un parte, se transmite a la dirección mundial que son conscientes de la gravedad de la situación y que la van a abordar sin miedo. Ya en clave interna, reflejan a la plantilla la necesidad de abordar cambios en un contexto donde no mantener todo igual puede ser mortal.

El ERE propuesto plantea un centenar de salidas de línea de Sekurit, lo que supone un veinte por ciento de su personal. Además, la dirección ya ha avanzado la necesidad de introducir cambios en la organización. El comité rechaza cualquier ajuste laboral, reclamando inversiones y más carga de trabajo para ser rentables. En este contexto, comienzan unas conversaciones que definirán el futuro de Sekurit en Avilés.