Sonia Artime, delante de la Iglesia de Santo Tomás. OMAR ANTUÑA

«El Ingreso Mínimo Vital debería ser ágil para animar a la gente a aceptar empleos»

Sonia Artime Coordinadora de Cáritas Arciprestal ·

Advierte sobre la precariedad laboral que aboca a muchas familias a pedir ayuda y que las sitúa en una situación de extrema vulnerabilidad

C. DEL RÍO

avilés.

Domingo, 12 de julio 2020, 01:16

Asegura que la pandemia apenas ha incidido en su trabajo de coordinación en Cáritas arciprestal gracias al engranaje de un equipo que se anticipó al estado de alarma y cumplió su papel. Voluntaria antes que coordinadora, Sonia Artime echa de menos ese trabajo directo al ... que sabe que volverá porque cree en la labor social que desarrolla la entidad desde hace más de sesenta años.

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-¿Cómo ha vivido este año tan particular que llevamos?

-Tenemos mucha suerte porque la situación se controló muy bien desde el principio, ya que fuimos previsores. Cáritas diocesana implicó muchísimo a las cuatro técnicas de este territorio. De hecho, yo seguí con mi trabajo particular desde casa y no tuve que parar en ningún momento gracias a la cobertura, implicación y conocimiento del territorio de nuestras cuatro técnicas. Sabía que estaba todo muy controlado.

-¿Solo cuatro técnicas mantuvieron a flote el sistema?

-Ellas, con la colaboración de los equipos de Cáritas y de muchos sacerdotes. Fue fácil porque todo el mundo hizo muy bien su papel, yo solo me limité a coordinar.

-¿Cómo cree que saldrá la sociedad de la pandemia?

-Había mucha gente que ya estaba mal, pero ahora su perspectiva de futuro es peor. Esta crisis ha destapado en mayor medida la precariedad absoluta en la que vive mucha gente que trabajaba. Hemos visto que muchas economías familiares se hunden si están un mes o dos sin ingresos porque se vive al día, incluso teniendo un trabajo. Hay una gran precariedad laboral con, por ejemplo, contratos por cuatro horas cuando en realidad trabajas ocho. Luego tu prestación por desempleo es por cuatro y eso es un problema. O el empleo doméstico, que sigue estando en muchos casos en economía sumergida y sin derecho a paro.

-En Cáritas venían alertando sobre ello en los últimos años.

-Sí, porque veíamos desde hace tiempo que el trabajo no evitaba la exclusión. Tenemos familias con algún miembro trabajando que necesitan ayuda porque van muy justas. Sí, la perspectiva a corto medio plazo es mala.

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-¿Qué le parece el Ingreso Mínimo Vital?

-Va a ayudar porque su cobertura es mayor que la del salario social. Esperemos que tenga una gestión más eficiente y anime a la gente a aceptar empleos porque se pueda percibir con mayor agilidad. Eso sería lo positivo.

-¿Y desde una perspectiva ética, moral o espiritual, cree que esta pandemia afectará en alguna medida?

-Eso de que la sociedad saldrá siendo mejor no lo veo.

-En situaciones como esta se ven mejor las fortalezas y necesidades de un equipo. ¿Cómo ha resultado el de Cáritas?

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-La elevada edad media de nuestros voluntarios o que algunos vivan con familiares de riesgo nos obliga a no contar con ellos por responsabilidad. Por eso los voluntarios siempre son bienvenidos en las parroquias. Con equipos más fuertes se podrían hacer más cosas, por ejemplo en temas de sensibilización o acompañamiento a mayores porque nuestras filas están ahora mermadas. Lo urgente hace, además, que te centres en ello y no puedas atender otras tareas que también son importantes.

-¿Con qué disponibilidad horaria debe contar un voluntario?

-Hay muchos proyectos, por lo que los horarios podrían adaptarse En cualquier caso, todos tienen que hacer una formación sencilla y creer en lo que hacemos.

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-Me ha hablado de la necesidad. ¿Y las fortalezas?

-Como voluntaria puedo decir que estoy muy orgullosa con la labor de Cáritas y con su colaboración absoluta con los servicios sociales. El trabajo en red es importantísimo y ha salido fortalecido brindando una atención más completa.

La red Hogares

-Es muy habitual escuchar al concejal de turno de los servicios sociales de Avilés decir que aquí se trabaja en red y que entidades como Cáritas llegan donde ellos no pueden. ¿Es así?

-Absolutamente cierto. El Ayuntamiento de Avilés lleva muchos años trabajando muy bien los servicios sociales y se nota.

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-¿Hay algún programa en particular del que esté más satisfecha?

-Me gustan todos. No soy experta en 'sin hogar', pero me parece muy interesante la red Hogares puesta en marcha en 2019.

-Háblenos de ella. ¿Cómo funciona y cómo se va a ampliar?

-Son plazas en pisos para la vida independiente de las personas sin un modelo exacto porque se adapta a las necesidades. Tanto el tiempo como el tipo de estancia, ya que puede haber una única familia en un piso o varias personas compartiendo una vivienda, varía, y se trabaja con perfiles muy diferentes. Es un programa que necesita recursos. Los pisos suelen ser cedidos por Arzobispado o procedentes de alguna herencia.

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-¿En esta complicada situación no se ha arrepentido alguna vez de haberse puesto al frente de Cáritas?

-Noo (alarga la negación). Siempre fui voluntaria de acogida y acompañamiento, de atención directa, que es lo que más me gusta. Lo echo de menos, pero la coordinación y mi trabajo no me deja tiempo para ello. Ahora estoy colaborando temporalmente con el equipo de Salinas y sé que, cuando deje la coordinación, volveré a esta función. En su momento surgió la necesidad de que alguien asumiera la coordinación y di un paso adelante.

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