Los hosteleros de 'Sabores' apuestan por más música y más casetas en las plazas

Apiñón, Bámbola y La Muralla, los tres en la Plaza del Carbayedo, estaban ayer pletóricos por el éxito de la iniciativa, Sandra Verdalles Vardejo, propietaria de Apiñón, participa todos los años y considera que esta ocasión «ha sido espectacular, con público increíble y ninguna queja». El sábado por la mañana agotó el pan bao que necesita para su pincho, «y eso que habíamos comprando pensando en que iba a sobrar», y lo mismo le ocurrió con los bocadillos de calamares. Por eso, aseguró que «se hizo el doble de caja que otros años».

José Ramón Fernández de La Muralla asegura que las mañanas estuvieron «más flojas», pero las tardes, sobre todo con el acompañamiento musical «estuvimos a tope, muy bien». Considera que, aparte del entorno, la música también atrae muchos clientes.

Igualmente, Manuel Fernández, dueño de Bámbola coincidió en la gran afluencia y reconoció que la suya es la mejor de las ubicaciones. La única pega que pone es que «había muchos eventos en la ciudad, y habría que espaciarlos un poco en el tiempo».

La caseta del bar Filan es una de las más apartadas del centro, en la parte baja de Rivero. Quizás por eso, Manuel Franqueira no estaba tan contento como los demás. «La verdad es que el jueves fue mal porque arrancó muy tarde y molestó la lluvia y se fue toda la gente». También la lluvia le impidió abrir el sábado por la mañana. Para él, de todos los años, éste ha sido «el peor», pero el tiempo «no lo puede elegir», dijo con sonrisa.

En la plaza de Domingo Álvarez Acebal, Pilar Meana del gastrochigre La Cantina de Villalegre, reconoció el balance «siempre positivo» porque es un evento «muy publicitario». Unos de sus clientes, Juan Antonio Cejudo, procedente de Cádiz, apoyaba la iniciativa porque «te permite estar en la calle, de un lado para otro y picoteando cosas que no conoces, sobre todo te hace romper la rutina». Su mujer, Maribel Corbalán, contó que en Oviedo les informaron de este evento y, aunque ya habían estado hace unos días en Avilés, volvieron para disfrutarlo. «La gastronomía es muy importante», dijo.

Marián Tamargo, de La Llosa, y Alberto Molina, de Tararea, ambos en la plaza de Carlos Lobo, se mostraban satisfechos «en todos los sentidos», tanto por «marketing, publicidad para el bar y por la caja que hemos hecho que es una inyección», dijo Molina. Consideran que sería bueno más participación, porque «se haría un circuito por toda la ciudad». En esta plaza, Verónica Santamaría, de Sevilla, disfrutó de la gastronomía y aplaudió la iniciativa. Según dijo, no le importa estar sentada en un taburete alto, porque así se requiere en las normas, que no permiten ni mesas de terraza bajas ni sillas.