Terrazas, ayer, en la calle de La Estación. MARIETA

Los hosteleros de Avilés lamentan la «improvisación de las medidas» y exigen «ayudas de forma inmediata»

«Decían desde el domingo que cerraban las terrazas el martes, lo cambiaron a última hora y muchos no pudieron aprovechar el día»

BORJA PINO

AVILÉS.

Miércoles, 3 de febrero 2021, 00:27

Pasaban ya de las ocho de la tarde del lunes cuando Pablo Vega, propietario del veterano bar La Llosa, desenchufó la cafetera de su negocio, en Carlos Lobo, desconectó las cámaras frigoríficas y, tras una jornada monopolizada por las despedidas, se preparó para encarar ... las anunciadas dos semanas de cierre de la hostelería avilesina. En la cafetería Moliendo Café, en Carreño Miranda, su propietaria, Bego Redondo, repartió entre los parroquianos de siempre las botellas a medio consumir, convencida de que se le estropearían al no poder abrir los siguientes catorce días. Apenas tres cuartos de hora después, el recién publicado BOPA desvelaba una medida totalmente inesperada: el retraso de la suspensión de la actividad hostelera hasta la medianoche del martes al miércoles. Una noticia que, para algunos, llegó demasiado tarde.

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«Ha sido una irresponsabilidad; llevaban desde el domingo diciendo que iban a cerrar el lunes y, de golpe, lo cambian a última hora», se lamentaba ayer Vega. Como otros compañeros, convencidos de tal premisa, la posibilidad de aprovechar aún el martes le sorprendió sin productos en sus neveras, ni tiempo para movilizar a sus proveedores. «Llevamos todo el año con restricciones, y no está la cosa como para perder ni un solo día de trabajo».

El sentir de Vega ayer no era exclusivo. El Cafetón fue otro de los afectados por lo que el sector tacha de pésima gestión informativa. «Esto es una tomadura de pelo, una más», protestaba su dueño, Carlos García Rubio. «El lunes lo apagamos todo, y... ¿Vamos a bajar hoy a las siete de la mañana a encender las neveras otra vez? No es tan fácil. Tienes que avisar a los panaderos, a la asesoría... Es una locura».

La opinión de García Rubio no solo se ciñe a su negocio. Como integrante de la plataforma Hosteleros con Conciencia, considera que la actuación del Gobierno regional ha privado de margen de maniobra a buena parte de los hosteleros. «No sé el tiempo que lleva hacer un BOPA, pero no se entiende que el propio Consejero de Salud salga ante los medios anunciando que las medidas entrarán en vigor el martes... Y, de pronto, encontrarte esto».

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Con más severidad se expresaba Carmen Fernández, presidenta de SOS Hostelería, a la par que propietaria del café Índalo, igualmente cerrado ayer. «Esto es vergonzoso, somos marionetas», aseguraba. Su esperanza es que los catorce días de cierre previstos, hasta el 15 de febrero, no se prolonguen. «Estamos al límite, y aún no sabemos nada de las compensaciones prometidas».

Ayudas urgentes

Pero los hechos consumados ya no pueden alterarse y, pese al malestar palpable, la preocupación inmediata de los hosteleros, al igual que la de los comerciantes con negocios de más de 300 metros cuadrados, es capear las próximas dos semanas. Una tarea que, desde la Unión de Comerciantes de Avilés y Comarca (Ucayc), consideran condicionada por el urgente desbloqueo de los 50 millones de euros del fondo covid reservados para ambos sectores, recogidos en el presupuesto regional de este año.

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No son las cantidades, sino los plazos lo que preocupa a ambos gremios. «Sabemos que la Administración es un elefante que camina lento, pero los gastos no», asegura José Antonio Álvarez, gerente de la Ucayc. Por ello, emplaza al Principado a poner en marcha medidas urgentes que aceleren la distribución de las partidas. «No podemos esperar a marzo o a abril».

La última copa

Lejos de tales disquisiciones, y pese a la lluvia intermitente, cientos de avilesinos aprovecharon el día de ayer para acudir a las terrazas por última vez en dos semanas. Y, aunque el mal tiempo impidió el lleno absoluto de jornadas anteriores, pocos fueron los espacios que quedaron libres.

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El joven Javier López, asiduo al bar Lubián, fue uno de ellos. En compañía de algunos amigos, aunque respetando las medidas de seguridad vigentes, se resignaba a pasar los próximos días «paseando por donde nos dejen y haciendo bricolaje en casa». En el Uxia Café, Luis Muñoz y Lucía Sánchez mantenían un intenso debate sobre la oportunidad de las medidas, vinos mediante. «No servirá de nada. El Gobierno hace para que parezca que hace», defendía el primero. Más comprensiva con las normas se mostraba Sánchez. «No hemos renunciado a nuestra forma de hacer vida social. Lo siento por los bares, pero es lógico que se llegue a esto para frenar el virus».

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