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s. gonzález
Jueves, 6 de septiembre 2018, 20:24
«Era un hombre popular, de costumbres independientes pero querido y respetado por sus vecinos». Así definía hace escasos minutos Vicente Pañeda, párroco de Piedras Blancas, a Arcadio Suárez. El viajero incansable que realizó su última ruta el pasado lunes, cuando el accidente de autobús ... sucedido a la entrada de la autovía acababa con su vida. La iglesia de Santa María de la capital castrillonense se llenó de vecinos que quisieron darle su último adiós y arropar a su hija y exmujer.
La ceremonia se presentó como corta «por expreso orden de la familia, que también decidió velar el cuerpo en la intimidad», destacó el párroco. El féretro llegó acompañado de varios ramos y coronas, entre ellas las de ALSA y del Tranvía de Avilés, donde era un viejo conocido. Antes de comenzar la misa, Pañeda y los feligreses corearon 'La muerte no es el final', que hizo emocionarse a algunos de los presentes. Acto seguido el párroco y arcipreste de Avilés recordó lo sucedido el pasado lunes. «Me encontraba con unos amigos ese día y lo que iba a ser un encuentro de dicha, de conversacion, se convirtió en una velada de dolor», señaló Pañeda, que añadía que «atónitos no creíamos que esa situación, que humanamente no podemos explicar, se llevara por delante a cinco personas, dejara un conductor malherido y un pasaje dolorido».
Tras la ceremonia, la familia, de nuevo en la intimidad, procedió a enterrar a Arcadio Suárez en el panteón familiar del cementerio de San Martín de Laspra.
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