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Martes, 24 de octubre 2017, 23:17
Daniel de Diego, un castrillonense afincado desde hace una década en México, logro ayer comunicarse telefónicamente con sus hijos y su mujer, cuya desaparición había denunciado ante la Policía del país después de que los tres menores, de uno, tres y siete años, saliesen en ... coche con su madre y se les perdiese el rastro. Fue una conversación breve y escueta, pero suficiente para comprobar que se encontraban vivos y buen estado de salud. «Solo pude saber que estaban bien y decirles que estoy más cerca, que voy a buscarles», explicó a este periódico.
Según explicó a este periódico, De Diego recibió una llamada de un hombre que decía ser policía. Le daba la buena noticia que estaba esperando: que su familia había sido localizada. Habían encontrado a los cuatro en las afueras de Veracruz, sin que nadie le hubiera explicado aún cómo habían recalado en este lugar, muy alejado del estado de Campeche en el que residen tanto la mujer como los tres niños mientras Daniel, por motivos de trabajo, vive en Cancún.
Al cierre de esta edición, Daniel de Diego se dirigía hasta Veracruz para encontrarse con los pequeños, después de haberse temido lo peor. «Este es un país muy complicado», asegura. En ningún momento se le pidió dinero por devolverle a su familia, aunque De Diego no descartaba que, en realidad, la persona que le había llamado no fuera un auténtico policía y se le fuese a exigir alguna «gratificación» por poder volver a reunirse con sus niños.
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