El Grupo Riesgo estudió un sistema para espiar a la plantilla de Alu Ibérica y preparar despidos

Según la documentación intervenida por la Policía Nacional, la meta de Domenech era lograr una opacidad total en su gestión. El primer objetivo eran los trabajadores del departamento financiero y de administración, especialmente las personas con acceso a las cuentas de Ibercaja y que conocían la situación real de la planta, según comenta Domenech a Alexandra Camacho.

En un mensaje interno, plantea a sus colaboradores un listado de diez trabajadores en Avilés y otros tantos en La Coruña, «abierto a sugerencias», para instalarles el programa informático a través de una consultora ajena al Grupo Industrial Riesgo.

Posteriormente, se iría extendiendo a más personal con el fin de descabezar cualquier foco de resistencia interna. Para ello, convocaría a los trabajadores seleccionados a una reunión virtual. Durante ese encuentro, y sin que ellos conociesen se instalaría el programa informático para recabar los datos que, posteriormente, justificasen las sanciones al personal

La UDEF no tiene constancia de que la medida se llegase a aplicar. Esta propuesta es coherente con la gestión de Alu Ibérica, ya desde la llegada de Parter Capital. La información recabada por la Policía Nacional revela la desconfianza de Alcoa hacia Parter, que, a pesar de los apoyos recibidos desde la multinacional americana, trató de zafarse de su control.

El respaldo de Alcoa se evidencia con la evolución de las aportaciones económicas. En el inicio de las negociaciones, Alcoa planteaba una aportación de 20 millones de dólares para llegar a 95 millones durante un plazo de dos años.

Sin embargo, al poco de firmar, Parter comenzó a plantear a sus interlocutores americanos la posibilidad de cambiar de banco con el que se operaba con el objetivo, según la Policía Nacional, de eludir su vigilancia. En esa estrategia, el fondo suizo optó por prescindir de los servicios de la consultora seleccionada por Alcoa para que informarse de la evolución de las inversiones que debían hacer.

Ello no evitó que durante los primeros meses, se ordenasen transferencias por valor de 1.097.930 euros a diferentes empresas suizas controladas por Joachim Magin y Rüdigher Terhost, beneficiándose este último a título personal. La jueza María Tardón, titular del juzgado central de instrucción número 3, ha citado a ambos para declarar como imputados.

La investigación policial también demuestra que a los dos meses de entrar en Alu Ibérica, Parter Capital estableció contactos con Domenech con intención de que asumiese la gestión de la compañía, si bien los datos recogidos hacen sospechar a los agentes que los tratos habían comenzado al poco de desembarcar en Alu Ibérica.

Aunque, el Grupo Riesgo no fue el único candidato. En el informe policial, los agentes apuntan conversaciones con el fondo Quantum, uno de los aspirantes, y también se apunta un «fondo qatarí».

Según apunta uno de los colaboradores de Domenech, el fondo suizo «ya ha robado todo lo que tenía que robar» y que, ante la presión de los sindicatos buscan salir de la planta. Según los documentos, cuando, en marzo de 2020, Domenech encara las negociaciones con Parter Capital, su plan ya incluía que no se recuperaría la producción de aluminio primario en Avilés.