El grupo de hosteleros encerrados en la iglesia de San Antonio de Padua, en Avilés. Omar antuña

Seis hosteleros de Avilés se encierran de forma indefinida en la iglesia de San Antonio de Padua

Han decidido recluirse esta tarde en el interior de la parroquia, en señal de protesta ante las ayudas económicas anunciadas por el Ayuntamiento, que consideran «insuficientes» y reclaman «la devolución de todas las tasas»

Alejandro l. jambrina

Avilés

Sábado, 14 de noviembre 2020, 18:13

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Parece que la ayuda de 400 euros anunciada ayer por el Ayuntamiento de Avilés para tratar de ayudar al pequeño comercio y la hostelería de la ciudad que se han visto afectados por el decreto de cierre del Principado no acaba de ser suficiente ... . Las negociaciones entre ambas partes no han seguido los cauces que esperaban y por eso esta misma tarde un grupo de seis hosteleros avilesinos se ha encerrado indefinidamente en la iglesia de San Antonio de Padua como un gesto simbólico en señal de protesta. «Consideramos que la ayuda de 400 euros es insuficiente y sabemos que hay fórmulas municipales para desviar otras partidas y ayudarnos de verdad», sostiene el grupo que se ha encerrado en la parroquia. «Queremos que nos devuelvan íntegramente las tasas de terrazas, luz y agua que hemos pagado este año y que se gestione el pago de los alquileres«, añadían

Han preferido no dar sus nombres «porque aquí dentro no estamos encerrados solo nosotros seis, representamos a los más de 160 hosteleros avilesinos que pertenecen a la Plataforma SOS Hostelería», argumenta el grupo en los primeros minutos de encierro. De hecho, en el momento de entrar a la iglesia no lo hicieron solos, fuera los acompañaron una treintena de personas, entre las que se encontraban otros hosteleros, comerciantes y familiares. «Han venido a darnos apoyo porque saben que les representamos a todos y que estamos peleando por nuestros derechos».

El encierro ha tenido lugar gracias a la colaboración del párroco de San Antonio de Padúa, Ángel Llano. «Nos ha dicho que lo entiende perfectamente y que nos apoya. Nos deja estar en un lateral de la iglesia y podemos acceder a la sacristía para utilizar el lavabo, siempre que guardemos silencio durante las misas», explican los hosteleros. Han acudido al encierro bien equipados, «por lo que pueda durar», con sacos de dormir, neveras con alimento y bebida, linternas y juegos de mesa. «Ninguno de nosotros quiere esto y si podemos salir mañana, mejor que pasado. Si el equipo de gobierno tuviese respeto y educación vendría a vernos y a solucionar las cosas», apostillan.

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