ROSA FUENTES
AVILÉS.
Lunes, 8 de agosto 2022, 09:01
Después de un inicio inesperado, que obligó a cambiar en menos de 24 horas la ubicación del escenario por una decisión técnica municipal, «hemos intentado sobrevivir» y ha quedado demostrado que «La Grapa tiene la fuerza del público, que es a quien le debemos que ... el festival siga existiendo, junto con técnicos del Ayuntamiento y la gente que trabajamos en ello para que salga adelante». Esta es la opinión de Víctor Velasco, organizador del festival, que ayer echó el cierre mucho más animado de lo que lo empezó, y satisfecho por cómo transcurrió esta séptima edición.
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Akin and The Afrobeat Brothers, una banda de la escena local asturiana, fue la encargados de animar la sesión vermú en el quiosco de la música del parque de El Muelle, que estuvo protagonizada por aficionados bailarines de la música negra que programa La Grapa.
A la vez que mostraba su satisfacción por cómo se había desarrollado el festival, Víctor Velasco, manifestaba que los imprevistos acontecimientos previos a la inauguración, «han marcado un punto de inflexión y se tienen que revisar ciertos aspectos, porque no es lógico ni permisible que un festival, sea cual sea, se cambie de localización de un día para otro». El organizador de La Grapa recordó que ésta es «una contratación hecha por el Ayuntamiento, y hubo un error interno que se podía haber solucionado perfectamente, y no estoy echando a saco contra nadie, solamente decir que es algo que se podía haber evitado perfectamente». En su opinión, «las personas que están dirigiendo tienen que corregir los errores y no, de la noche a la mañana, tomar una decisión imprevista», insistió.
Cabe recordar que el escenario móvil que inicialmente iba a estar en el centro del parque de El Muelle tuvo que ser ubicado en la plaza Pedro Menéndez después de que se informara de que pesaba más toneladas de las que supuestamente podía soportar el recinto. El promotor del festival considera que este hecho ha perjudicado la imagen y ha obligado a que la gente «se tuviera que desplazar doscientos metros para ir desde la actuación hasta donde podían consumir. «No podemos hacer un balance de público, aunque sabemos que la cabeza de cartel ha movilizado a la gente y ha demostrado que el festival tiene muchísima fuerza y capacidad para mover al público».
El mayor éxito de esta edición ha sido que «la gente ha aceptado la nueva localización y por eso al público le debemos todo el éxito, porque son quienes hacen grande el festival y que las bandas que vengan estén cómodas», algo importante para la organización y «la imagen de la ciudad». Han sido tres días de música con ocho bandas en el escenario y dos en la sesión vermú.
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