El profesor argentino junto a dos de sus jóvenes campeones avilesinos, Fernando Flor y Sonia Artime.

El forjador de jinetes olímpicos

Víctor Agüero fue clave en la formación de Alberto Honrubia, Sergio Álvarez Moya y Gerardo Menéndez

alberto rendueles

Sábado, 5 de junio 2021, 15:42

La llegada a Avilés de un jinete argentino resultó providencial para el desarrollo de la hípica local, que la llevaría hasta los mismísimos Juegos Olímpicos por triple ocasión. Corría la década de los años 80 cuando Antonio Víctor Agüero Jara hacía acto de ... presencia en España para participar en el Certamen de Saltos Internacional de San Sebastián con sus recordados caballos 'Ecuador' y 'San Salvador', con los que lograba triunfar en varios premios. Tal irrupción llamó la atención de Miguel Honrubia, quien impulsó la nueva escuela hípica de El Forcón, allá por diciembre de 1983, a la cabeza de la cual puso al propio Agüero, y así no tener los avilesinos que desplazarse hasta Las Mestas de Gijón para poder entrenar y formarse.

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Los resultados no tardaron en llegar, ya que Avilés ponía su bandera en la hípica internacional con la participación de un joven Alberto Honrubia -hijo de Miguel- en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles en 1984 con su recordado caballo 'Kaoua', lo que supuso todo un hito deportivo para la ciudad. Las enseñanzas y maestría de Víctor Agüero, que contó con excelentes colaboradores como Ana Cano y Julio Franco, se habían dejado notar de forma inmediata hasta el punto de que precisamente su alumno Alberto es hoy en día otro afamado profesor, tras una dilatada y exitosa trayectoria profesional.

Otro año que resaltaba para el formador argentino fue el 2001. En esa ocasión lograba que otro reputado deportista avilesino entrara con fuerza en el ámbito internacional. Un joven Sergio Álvarez Moya volvía a reflejar que las enseñanzas de su maestro no eran fruto de la casualidad y conseguía alzarse con el Campeonato de Europa juvenil. Y él propio Víctor Agüero alcanzaba un éxito considerable como jinete con la consecución del Campeonato de España de Yeguadas, compitiendo con caballos de la ganadería Sofelguera, e imponiéndose por desempate a un deportista tan conocido como Cayetano Martínez de Irujo.

Álvarez Moya mantendría su progresión hasta participar también en los Juegos Olímpicos de 2016, y hoy en día es uno de los principales activos de la hípica española. Lo mismo le sucede a otro ilustre jinete avilesino, Gerardo Menéndez, que tuvo la fortuna de formarse con este profesor hasta el fallecimiento del argentino en 2010. No obstante, su sello era evidente en su formación y Gerardo también llegó a la cima de los Juegos Olímpicos con su participación en Río 2016, y se sigue codeando con la élite mundial. Se dio la circunstancia en estos últimos juegos celebrados en Brasil, que dos de los cinco jinetes del equipo español eran avilesinos, el propio Menéndez y Álvarez Moya, con sus respectivos caballos 'Cassino DC' y 'Carlo 273', lo que dice mucho del trabajo formativo que se venía desarrollando en las mirandinas instalaciones de El Forcón, y que se vio acompañados, en todos estos casos, con varios títulos de campeones de España.

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Las enseñanzas de Víctor Agüero no se centraron sólo en los jinetes olímpicos, sino que su trabajo dio mucho fruto a los jóvenes de las categorías inferiores, a los que mostraba todos sus secretos hípicos. Tras escasos tres años de funcionamiento, El Forcón ya dio sus primeros frutos en el campeonato nacional alevín, celebrado en Madrid, con el triunfo del avilesino Fernando Rodríguez de la Flor. El mismo Fernando, a lomos de 'Hering', se adjudicaba el éxito por equipos junto a sus compañeros Gerardo Menéndez, Amancio García y María Álvarez.

Los alumnos

El mismo éxito colectivo se repetía al año siguiente, con la sustitución de Sonia Artime por Fernando, pero con mismo caballo 'Hering', y Ramón García por María Álvarez. Sonia y Gerardo lograrían también el oro individual en su categoría. Precisamente, tanto éxito de los jóvenes jinetes y la influencia del propio Agüero, resultaron decisivos para que en 1988 se adjudicara a Avilés el Campeonato de España de categoría alevín, en la que surgió una nueva figura hípica como es Johana de Castro, hija del portero Chusi Castro y sobrina de Quini.

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Y junto a la joven amazona fueron surgiendo otros competidores en los que era a todas luces una evidente demostración docente de la escuela avilesina. Ahí es donde surgieron deportistas como Sonsoles Martínez, Alejandra Pérez Rumoroso, Beatriz García, Guiomar Alonso, Juan Luis Viñayo, Bruno García, Irene Astariz, o los oros firmados en los años 2000 y 2001 por Carlos Pando.

Víctor Agüero fallecía en 2010, víctima de una larga enfermedad a pesar de la cual mantuvo su actividad hípica hasta sus últimos días. Sus últimas hornadas de alumnos conseguirían años después posteriores éxitos regionales y nacionales que llevaban el sello del argentino. Muestra de ellos son el título nacional juvenil de 2018 conseguido por Javier Gutiérrez Rilo o los recientes de Pablo Santiago Artime, Olivia Álvarez García y Jimena Pérez Bernardo-Villabrille. Las semillas docentes de Agüero permanecen en El Forcón a pesar de su ausencia, pero la gran beneficiada ha sido la hípica regional y nacional, que se ha abierto un gran hueco en cada competición internacional en la que participan. Y, en consecuencia, el nombre de Avilés se incluye en cada certamen con letras grandes por el origen de algunos de sus jinetes y amazonas.

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