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RUTH ARIAS
AVILÉS.
Martes, 26 de noviembre 2019, 01:34
Un ciclista que paseaba sobre las dos de la tarde por la zona de El Arañón, en la margen derecha de la ría de Avilés, fue el primero que la vió. Una cría de foca se encontraba en la playa, parecía debilitada y, desde luego, el ciclista tenía claro que no era su lugar. Por eso dio aviso tanto al 112 como al bar de la zona, que dio traslado a la asociación vecinal.
«Era muy pequeña y se la veía muy cansada», cuenta Fran Muñiz, vicepresidente del colectivo, que se encargó de vigilarla hasta la llegada de los guardas. «Se revolvía cuando te acercabas, abría la boca y gruñía, pero enseguida cerraba los ojos», explica. Parecía que quería dormirse, pero el estrés de la situación se lo impedía. Enseguida se vio rodeada de un puñado de vecinos que trataban, sin embargo, de mantenerla segura y evitar que volviese al mar, ya que no parecía estar en condiciones de valerse por sí misma.
La guardería de Medio Natural llegó dos horas más tarde para hacerse cargo del animal, que ha sido trasladado al centro de recuperación de la fauna de Infiesto, donde permanecerá en observación durante unos días antes de devolverlo al mar, según ha explicado la Consejería de Desarrollo Rural.
La presencia de focas en la zona es muy rara. De hecho, solo se recuerda la llegada del famoso ejemplar que dio origen a la estatua del parque de El Muelle en 1951. Desde entonces no se había vuelto a tener noticia de otra. Hasta hoy. Quizá por eso la zona se llenó de curiosos deseosos de ver al animal, que ahora se recupera en Piloña.
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