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La familia de María Isabel Fernández solicitará hoy lunes, 21 de octubre, que el Hospital Universitario San Agustín aclare el tratamiento recibido por la mujer, que el pasado viernes falleció de manera inesperada, cuando recibió una transfusión de sangre previa a la operación de fémur a la que debía someterse mañana martes, 22 de octubre.
«Estamos desolados. Mi abuela siempre luchó por toda la familia y queremos saber lo que pasó y, sobre todo, que no se vuelva a repetir», declaró a este diario Jonathan Fernández Celorio, nieto de la fallecida.
A sus 86 años, María Isabel Fernández gozaba del estado de salud propio de su edad. Era asmática y tenía artrosis, pero tenía una vida autónoma y sin problemas, según explica su nieto. El pasado lunes, 14 de octubre, sufrió una caída en su domicilio, en la que se rompió un fémur. Fue traslada al Hospital Universitaria San Agustín y, desde las Urgencias, fue trasladada a la planta de Traumatología.
«Nos explicaron que era una operación complicada por su edad y que intentarían que fuese lo menos invasiva posible», relata su nieto. La intervención se programó para el martes, 22 de octubre.
Debería estar una semana ingresada en la planta de Traumatología y se le aplicaron calmantes para los dolores que tenía en la pierna. «Pasaba casi todo el día adormecida por los calmantes», comenta Jonathan Fernández.
En las analíticas previas a la intervención se le detectó una pequeña anemia y, como medida de prevención, se optó por realizar una transfusión, una práctica habitual en este tipo de operaciones en las personas de avanzada edad.
La transfusión se realizó el viernes y ahí comenzaron los problemas, asegura Jonathan Fernández. Comenzó a tener fiebre y vómitos y los médicos y personal de enfermería acudieron inmediatamente a la habitación. «Nos pidieron que saliésemos de la habitación, porque la situación era grave», recuerda con dolor su nieto.
El equipo de Traumatología reclamó el apoyo de más especialista y acudieron facultativos de Medicina Interna y de Urgencias. Después de algo más de un cuarto de hora agónico, tan sólo pudieron comunicar a la familia el fallecimiento de María Isabel Fernández.
Ante el mazazo recibido, los familiares reclamaron alguna explicación. La única respuesta que recibieron fue que acudiesen a Atención al Paciente, donde se les atendería y facilitarían los datos. «No tenemos nada contra el equipo de Traumatología. Durante la semana que estuvo ingresada mi abuela recibió una buena atención, pero queremos saber qué pasó, tiene pinta de que hubo un error humano, pero nos tienen que decir que pasó y poner los medios para que no se repita más», concluye Fernández.
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