«Exigía dinero con un brazo bajo la cazadora», relata una comerciante que frustró un atraco

Él esperó a que ella se quedara sin clientes y entonces entró. «Vino caminando hasta aquí y me arrinconó, subió incluso este peldaño», explica entre las dos neveras, una con los productos de charcutería y otra con los de carnicería que tiene dispuestas perpendicularmente. «Traía el brazo metido debajo de la cazadora y me exigió que le diera todo el dinero. Yo no sabía que tenía debajo de la cazadora, no llegó a sacar nada, pero yo solo miraba aquel brazo», reconoce.

Cami le señaló entonces la cámara de videovigilancia que estaba grabando la escena y le pidió, más bien le rogó, que saliera del negocio, que ella le daría el dinero, pero que lo haría una vez fuera de la tienda. El atracador fue retrocediendo hacia la salida y, cuando estaba a un peldaño de distancia de la acera, Cami lo empujó y cerró la puerta no sin que antes se desparramaran algunas nueces del cesto que había detrás y que, en el ajetreo, volcó.

Justo en ese momento una pareja que caminaba por la zona se topó con la escena: un joven que había salido despedido contra uno de los coches estacionados, las nueces rodando y la puerta cerrada de golpe. «¡Es broma, es broma!», anunció entonces el frustrado atracador, que a continuación se marchó tranquilamente, como si no hubiera pasado nada.

Cami, presa de un ataque de nervios, fue asistida por clientas que la acompañaron hasta el cierre. Ayer denunció los hechos en la Policía Nacional.