El pacto de mandato firmado por el PSOE y Cambia Avilés puede tener los días contados. La negociación de las ordenanzas fiscales para 2025 y el presupuesto ha desembocado en la mayor crisis del gobierno local desde las pasadas elecciones municipales, hasta el punto ... de que el PSOE no sabe si contará con el respaldo de Cambia Avilés en las comisiones de la próxima semana y el pleno del 28 de octubre, en el que se debería aprobar la fiscalidad local para el próximo año.
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A pesar del dramatismo con el que se vive la situación en la planta de gobierno del Ayuntamiento, se confía en que la situación se reconduzca, aunque las tensiones de las últimas semanas han generado un malestar que tardará en curar.
Las tiranteces comenzaron con el debate interno sobre las ordenanzas fiscales. La presión la lanzó sobre todo Izquierda Unida, cuyo coordinador local, Juan José Fernández, insiste en la necesidad de un gesto claro para evidenciar la presencia de las «fuerzas de izquierda» en el gobierno. Ese discurso se traduce en dos medidas concretas: crear el IBI diferenciado y cesar en la gestión privada de los servicios públicos. Y, en este campo, había un objetivo claro: que la limpieza de los edificios municipales fuese asumida directamente por el Ayuntamiento.
Las demandas no avanzaron. La concejala de Hacienda, Raquel Ruiz, siempre ha rechazado el IBI diferenciado por cuestiones legales. Y respecto al asunto de la limpieza, se analizó la posibilidad de la gestión directa. Las estimaciones de los técnicos es que el coste para las arcas locales aumentaría en un millón de euros, además de la necesidad de asumir gestiones y trámites que actualmente dependen del contratista (como la compra de materiales de limpieza), lo que también podría afectar a los costes y calidad del servicio.
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Además, las 170 personas que trabajan actualmente no tienen asegurada su continuidad, ya que son puestos que no figuran en la plantilla municipal, además de que fueron contratados por una empresa ajena a la administración. La única posibilidad sería la convocatoria de una oposición.
Los ediles de Cambia Avilés entendieron los argumentos y asumieron que esas demandas no tendrían recorrido. Sin embargo, Juan José Fernández se mantuvo firme en sus planteamientos. «Es una cuestión ideológica», zanjó. Ante la falta de avances, esta semana el líder local de IU decidió romper las negociaciones y dejar el futuro del pacto de gobierno en manos de sus órganos internos.
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El ultimátum golpeó la tranquilidad de Cambia Avilés, ya que los dos ediles de Podemos, Sara Retuerto y David García, no lo asumen. En Izquierda Unida, Agustín Medina lo considera excesivo y trata de reconducir la situación.
La reacción en cadena también afectó a los ediles del PSOE, que expresan su hartazgo por la actitud interna del gobierno. Si la actual situación se supera (y todos los implicados están haciendo lo posible por lograrlo), desde el PSOE se quiere reconducir la dinámica en la que consideran que Cambia Avilés reclama constantemente y apenas aporta. Además, empieza la lista de agravios.
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En su momento, ya hubo una primera crisis con la concejala de Festejos, Sara Retuerto en el centro de la misma. En la parte de Cambia Avilés provocó que la edil perdiese la portavocía del grupo a favor de David García, pero lo que debía ser un toque de atención para cambiar la actitud no ha servido para nada.
A ello se une que, tras el apoyo inicial a los concejales de la coalición, los cuatro ediles siguen requiriendo un apoyo en las tareas de gestión que tienen encomendadas y en la toma de decisiones en su campo. Al final, la sensación en el PSOE es que son ellos los que deben respaldarles, poner solución a algunos asuntos o, sencillamente, soportar el desgaste de las críticas en la ciudad.
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En esta situación, desde el Partido Socialista se reclama internamente que la actual crisis sirva para cambiar la dinámica interna del gobierno en los dos años que quedan hasta la próxima cita electoral. Los ediles socialistas son conscientes que, tras estos dos años, los grandes proyectos que podrán presentar a los avilesinos en 2027 ya se encuentran lanzados. A partir de 2025, buena parte del trabajo tendrá que ver con lo que se pueda concretar en el mandato que comenzará en mayo de 2027. Así las cosas, ahora que llega el momento más agradable de ver los frutos de la gestión aspiran a que haya un cambio de dinámicas en el seno de la coalición de gobierno.
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