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RUTH ARIAS
AVILÉS.
Viernes, 16 de diciembre 2022, 01:50
El estudio informativo del plan de vías, que ya se encuentra en información pública, plantea cambios en las cuatro estaciones de tren de Avilés. Tanto la estación de Villalegre como el apeadero de La Rocica, el apeadero de Feve y la actual estación intermodal ... sufrirán cambios significativos. El principal ya había sido avanzado por el secretario general de Transportes, Xavier Flores, en su reciente visita a Avilés, y no es otro que el cambio de ubicación de la estación principal, que abandonará la calle de Los Telares para ubicarse en la zona en la que ahora se encuentra el actual apeadero de Feve. Será allí donde pararán los autobuses y donde también habrá un aparcamiento para facilitar el acceso a los usuarios.
El nuevo trazado de las vías obligará a realizar algunos cambios, y se aprovechará también para llevar a cabo mejoras, sobre todo en cuestiones relativas a la seguridad de los usuarios, pero también en los servicios que se les ofrecen en las distintas estaciones y apeaderos, que en algunos casos se encuentran en una situación bastante precaria.
Al mismo tiempo, también se plantea resolver un problema cuya solución se ha ido postergando en el tiempo: los pasos a nivel peatonales. En muchos municipios ya se han ido eliminando, pero en Avilés esto es algo que no se ha hecho, puesto que siempre se posponía por el hecho de estar pendiente la reconfiguración de las vías.
El diseño de las futuras estaciones de ferrocarril y autobús de Avilés se ha realizado teniendo en cuenta no solo el trazado de las vías, sino también los objetivos urbanísticos de Avilés, que pasan por potenciar la zona en la que se encuentra el Centro Niemeyer y cercana a la que se planifican tanto el nuevo polígono de baterías como la futura Isla de la Innovación, una de las grandes apuestas para captar empresas y dinamizar económicamente la ciudad.
«La nueva estación intermodal se configura como una de las principales estaciones de Avilés, al situarse en la nueva centralidad de esta ciudad, sin perjuicio de que la estación actual pueda seguir jugando un papel relevante en la accesibilidad del municipio al modo ferroviario», señala el estudio.
Se ubicaría en el entorno de la plaza de los Oficios, a donde se trasladaría tanto la estación de Renfe como la de autobuses, que se sumarían a la parada que allí ya hace Feve. La previsión es que, además, los trenes de media y larga distancia también tengan aquí el fin de su trayecto. Circularán cercanías, trenes de media y larga distancia y también mercancías.
De un lado circularán los trenes de Renfe, del otro los de Feve, mientras que para los autobuses se reserva el espacio central. El estudio no plantea una solución concreta para la estación de autobuses, ya que solo se ocupa del asunto ferroviario, pero sí ofrece distintas alternativas en cuanto a la cota a la que podría situarse y los accesos, aconsejando realizarlos a través del nuevo puente Azud previsto en el plan de la Isla de la Innovación.
La actual estación intermodal perderá importancia en el nuevo diseño de las vías, pero el estudio prevé que continúe aún soportando un buen flujo de viajeros. Por ello se plantea un nuevo edificio a cota de calle «que puede contar con una cierta dotación comercial», desde donde se accederá al nivel inferior. Este edificio ya no estará donde el actual, sino que se desplazará hacia La Maruca, situándose en la zona en la que actualmente se encuentran los locales de las empresas de alquiler de coches, que pasarán probablemente a ofrecer sus servicios en la futura estación intermodal.
La estación de Villalegre será la que menos cambios experimente de acuerdo la estudio informativo de la integración del ferrocarril en la trama urbana de Avilés. Pero aún así supondrán una mejor significativa. La previsión es construir un nuevo edificio de mayores dimensiones «para resolver de forma satisfactoria el control de accesos al interior del mismo». El proyecto plantea mantener la misma ubicación, pero ganar metros cuadrados.
El cambio más importante, no obstante, tendrá que ver con la seguridad. La idea es que de ese edificio arranque en un paso inferior entre los andenes, que tendría escaleras fijas y también ascensores. De esta forma se minimizarán la posibilidad de accidentes y atropellos derivados del cruce sobre los raíles.
También se demolería el actual andén para construirse uno nuevo adosado a la vía, de cinco metros de anchura y otros ochenta de largo.
El apeadero de La Rocica, en cambio, no podrá continuar en la situación actual, ya que en esa zona las vías ya no discurrirán por el mismo lugar. De hecho, el tren ya habrá comenzado a circular a un nivel inferior del actual, a fin de poder llegar a la zona del Centro Niemeyer completamente soterrado. Los cálculos realizados por los ingenieros marcan que los pasajeros accederán al tren entre ocho y nueve metros por debajo de la actual estación, aunque en una posición cercana que, de hecho, no obligará a hacer cambios ni en los accesos ni en el aparcamiento.
El planteamiento que lanza el estudio informativo pasa por construir un nuevo edificio sobre las vías, «que vendría a coincidir con la rasante actual del terreno». En el edificio se plantea habilitar «una pequeña galería comercial» con locales situados a ambos lados, coincidiendo con la anchura de los andenes, y un pasillo central, que coincidiría con la zona de vías. De ejecutarse, será un cambio más que significativo para un enclave concebido actualmente como un mero apeadero.
La idea es que haya ascensores que ayuden a salvar el desnivel y bajar a la zona de andenes, a los que se accedería una vez superado el control de accesos.
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