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El negocio de la zona de Alsa permanece cerrado. OMAR ANTUÑA
«La estación de Avilés se ha convertido en un desierto»

«La estación de Avilés se ha convertido en un desierto»

El cierre del último quiosco de las instalaciones, sumado a la falta de personal de transporte, ha dejado la zona «abandonada»

GIOVANNA F. BERMÚDEZ

AVILÉS.

Lunes, 2 de marzo 2020, 01:13

La estación de tren y autobuses se ha quedado desierta tras el cierre el sábado del último quiosco que quedaba abierto en sus instalaciones. Un negocio que por el momento se quedará vacío, tras la renuncia de la que hasta ahora había sido su adjudicataria durante 24 años, Ana Ovín Pajarón. Algunos de los usuarios de la estación reconocían ayer que, con el cese de este servicio, el lugar se había convertido en «una estación fantasma, es un desierto».

En el caso de la zona del tren, el cierre del quiosco se suma al «abandono» que sufre la estación, según denuncian los pasajeros habituales de este tipo de transporte. Las ventanillas de información y venta de Renfe no abren los fines de semana y de lunes a viernes lo hacen exclusivamente de 9 a 13 horas, por lo que el resto de la jornada no hay personal atendiendo físicamente en las instalaciones.

Falta de información

«No tienes quien te ayude y en muchas ocasiones ves a gente, sobre todo mayor, que llegan a perder el tren porque no saben utilizar las dispensadoras de billetes o los tornos», aseguraba ayer una trabajadora de la hostelería que utiliza a diario el servicio para acudir a su puesto de trabajo en Villalegre.

A ella le afecta personalmente esta falta de personal, porque según denuncia, «nadie te informa cuando hay retrasos en tu línea y es habitual que los trenes no salgan en hora, a veces salen primero y otras más tarde, te quedas esperando más de 20 minutos sin tener información».

El quiosco de la estación es ajeno a la empresa de transporte, pero los usuarios habituales de tren coincidían ayer en señalar que, en muchas ocasiones, sus dependientes «ayudaban la gente que les consultaba sobre el servicio» ante la falta de empleados de la compañía y en que, además, «su presencia en la estación aportaba seguridad», principalmente en las primeras horas del día y durante las esperas por los últimos trenes. El quiosco es una concesión que ahora podrá volver a salir a concurso al renunciar la adjudicataria.

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