Un año a la espera de la perrera

El proceso para edificar la perrera fue consensuado a priori por todas las administraciones locales. El consorcio acordó un presupuesto e iniciar un concurso público con el compromiso de construir el albergue en aquel espacio que cumpliera con los requisitos establecidos en los pliegos. Pero una vez tomada la decisión por parte de la mesa de contratación, Carreño, concejo en el que se ubica la finca elegida, no estuvo de acuerdo. Presentó alegaciones que fueron rechazadas por los técnicos ya en septiembre del año pasado. Desde entonces, ni los técnicos ni los políticos que forman parte del consorcio se han vuelto a reunir oficialmente para tomar una decisión.

Los miembros políticos han cambiado, pues el último encuentro entre ellos se celebró a finales de 2018, en el anterior mandato, para cerrar el presupuesto del ente, pero los nuevos aún no han tomado posesión. El presidente del consorcio, el concejal de Participación de Avilés, Jorge Suárez, insiste en que «se prevé que sea pronto cuando se fije una nueva reunión, pero aún no tiene fecha», una respuesta que lleva dándose desde que a finales del año pasado Castrillón urgiese la convocatoria de un encuentro.

La negativa de Carreño, avalada por los vecinos de la zona que ya han manifestado su rechazo, a acoger la perrera en la finca elegida pone en una situación complicada al conjunto de ayuntamientos. El concurso público se falló y hubo un ganador. «Tenemos que sentarnos y decidir qué hacemos, si seguimos adelante con el proceso o bien renunciamos a él y buscamos una nueva finca», detalló Jorge Suárez, que reconoció que esta será una tarea de «encaje de bolillos para llegar a un acuerdo entre todos los miembros».

A principios de este 2020 llegaban al consorcio unos informes de Carreño en los que avalaban la posibilidad de paralizar el proceso abierto y proponían otra finca en el mismo concejo que no contaría con el rechazo de los vecinos pues estaría alejada de los núcleos de población.

Frente a la postura de Carreño están las de otras administraciones que creen que el proceso ha de seguir tal y como se acordó desde un primer momento. «Se dijo que al que le tocara tenía que asumirlo, y ahora no se puede cambiar todo», se dijo en su momento, llegando la alcaldesa de Castrillón, Yasmina Triguero, a recalcar que «si Carreño rompe la bajara, la rompemos todos».

Hasta ahora Avilés lideraba el consorcio, pero su postura sobre este problema de ubicación aún no está clara. «Elegiremos la opción menos mala para todos, pero tenemos que debatirlo con el resto antes de tomar postura», explica el edil avilesino.

El rechazo a la perrera de Carreño remite a problemas que se vienen manteniendo en el tiempo. Un ciclo que se repite y que viene haciéndolo desde hace veinte años, cuando se derribaban las instalaciones que la protectora La Xana tenía en la zona de El Espartal, en San Juan. Desde entonces, primero con el consorcio Costa Norte y después con varias iniciativas por parte de diferentes ayuntamientos, se ha intentado construir el albergue, sin éxito alguno por diferentes problemas administrativos y por el rechazo vecinal. Con la constitución de este nuevo consorcio, en 2018 parecía que la solución estaría lista este mandato, algo que parece ahora demasiado complicado.