El grupo de baile de la escuela celebra la victoria tras volver a los ensayos. Marieta

«Escuchar la aprobación de Risto fue un alivio; esperábamos una crítica»

Cinco días después de su éxito en el programa 'Got Talent', los alumnos del Centro de Danza Teresa Tessier tratan aún de asimilar su triunfo

Borja Pino

Avilés

Martes, 12 de octubre 2021, 19:25

La noche del 8 de octubre de 2021, cierre de viernes, para ser precisos, quedará para siempre grabada a fuego en el recuerdo de los alumnos del Centro de Danza Teresa Tessier. Cuatro simples palabras, 'belleza', 'plasticidad', 'potencia' y 'estética', proferidas por Risto Mejide, considerado ... el jurado más severo del programa de televisión 'Got Talent', confirmaron el triunfo de la agrupación avilesina sobre sus rivales de ronda, tras un espectáculo de baile que también mereció la aprobación de la cantante Edurne y del presentador Boris Izaguirre, los dos jueces restantes. Cinco días después de aquella histórica fecha, sus veintitrés protagonistas aún no terminan de creerse lo sucedido.

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Bastaron solo dos minutos sobre el escenario para que 'Devasted', el espectáculo con el que el grupo desafió a las cámaras y al jurado, lograse lo que ninguno de sus integrantes se había planteado: ganar. «Cuando nos lo dijeron, nos quedamos sorprendidos», reconocen unánimemente, ya de regreso a su escuela y a la rutina de los ensayos. «Sobre todo, fue un gran respiro, porque esperábamos una valoración más crítica, centrada en lo negativo».

Para este ecléctico equipo, abrumadoramente femenino, salvo una notable excepción, obtener la aprobación del trío resultó casi tan inesperado como que, en el mes de abril, recibiesen la invitación de sumarse al 'talent show' de Telecinco. «Vieron en nuestra redes sociales lo que hacíamos, y contactaron», explica la propia Teresa Tessier, fundadora y directora de la escuela, y quien capitaneó a sus chicos en todo momento hasta llegar a Madrid.

El hecho de que llevasen más de un año sin haber actuado, sometidos a los rigores de la pandemia, no supuso impedimento alguno.«Las ganas de salir al escenario superaban cualquier cosa», sentencia Tessier. En consecuencia, bastaron algunos retoques del número en cuestión, ya conocido y probado en el último festival del centro, celebrado en 2019, y una rápida limpieza del 'óxido' del confinamiento para que todo estuviese a punto.

Sin embargo, ni esa rápida vuelta a la actividad, ni el fruto que la misma les ha dado, habría sido posibles sin los largos años de preparación que acumulan en sus medias puntas. El rango de edad abarca de los catorce a los veinticinco años, pero todos ellos son ya veteranos en los rigores de la danza. Casos como el de la joven María R.Astariz, que practica el ballet desde los dos años, o el de Carmen García, que se sumó a dicho arte a los tres, no son excepciones, y dan la medida de su grado de compromiso.

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«Si de algo entienden estos chicos, es de sacrificio», afirma Tessier, sin disimular el orgullo que embarga su voz. Porque lograr la excelencia requiere cientos de horas de ensayo. Eso equivale a muchos fines de semana entregados a la práctica, y no al ocio. A muchos días en los que no es hasta la medianoche cuando se pueden empezar a estudiar los temarios de los exámenes del instituto o la universidad. En suma, a una renuncia a otras parcelas de la vida cotidiana que, para el resto de las personas, a menudo resultan irremplazables.

Así las cosas... ¿Qué es lo que motiva a estos jóvenes a renunciar a tanto en favor de la danza? Es NachoCuervarango, el único miembro varón del grupo, quien verbaliza la respuesta colectiva. A sus diecisiete años, y tras seis vinculado al ballet, el auténtico premio «es la salida de nuestra vida cotidiana, la posibilidad de trabajar todos juntos, de hacer lo que nos gusta.Cuando eso pasa, venir aquí deja de ser un esfuerzo, y se convierte en un regalo».

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Rompiendo prejuicios

En su actual condición de único bailarín masculino de la formación, Cuervarango confía en que la repercusión que la victoria en esta ronda de 'Got Talent' sirva para quebrar estereotipos y animar a más hombres a abrazar esta expresión artística. «Siempre gusta el reconocimiento, pero eso es pasajero. Lo que sí estoy es orgulloso de poder representar a los chicos que compartan esta sensibilidad, porque la danza no entiende de sexos. Todos deberíamos poder hacer aquello que nos gusta», concluye.

Por ahora, y a la espera de constatar el efecto de este triunfo, tanto él como sus compañeras continúan entregados al esfuerzo constante, saboreando las mieles de la popularidad y confiando en que, con suerte, este éxito les abra las puertas de la semifinal del programa. Y para ello se siguen preparando, cooperando y apoyándose en los momentos de flaqueza que esta disciplina, siempre dura y exigente, acarrea. «A veces, cuesta, claro, pero, al final, estamos creando algo hermoso».

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