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La empresa aeroespacial y de defensa Escribano abrió el pasado mes de diciembre una oficina en el centro de empresas de La Curtidora para desarrollar desde Avilés su actividad de I+D. El centro lleva a penas un par de meses de rodadura y, a pesar de que se encuentra ahora mismo«en un nivel de desarrollo bajo», la previsión es impulsarlo en los próximos meses con nuevas contrataciones. Así lo aseguró el presidente del Grupo Escribano Mechanical and Engineering, Javier Escribano, después de mantener una reunión en Oviedo con el presidente asturiano,Adrián Barbón.
Escribano ratificó su compromiso con Asturias y aseguró que la previsión es «multiplicar» el personal de este nuevo centro de investigación en la ciudad, con la contratación de «treinta o cincuenta» personas en los próximos meses a través de distintos procesos de reclutamiento, que se sumarían a la decena que ya se emplea actualmente. «Necesitamos multiplicarlo, y queremos estar pleno rendimiento en un plazo de año y medio o dos años como máximo», afirmó el presidente de la compañía.
Escribano se ha instalado en parte del espacio que en su día ocupó Air Asturias, unas oficinas que se habían reformado hace ahora dos años para permitir atraer empresas de menor tamaño, con la ventana de la posibilidad de una ampliación sencilla y rápida en caso necesario, como así parece que ocurrirá. De momento ocupan un local de 240 metros cuadrados y, a medida que vayan creciendo, tendrían a su disposición un espacio similar anexo.
Javier Escribano explicó ayer que la empresa «se está incorporando en muchos proyecto a nivel europeo». Han abierto, de hecho, una oficina en Bruselas y «los proyectos que estamos negociando con la Comisión Europea los vamos a diseñar aquí». En Avilés han encontrado facilidades y un ecosistema propicio que les permite encontrar «oportunidades». Han recibido un ayuda de unos 400.000 euros por parte de la agencia Sekuens que, según detalló el viceconsejero de Ciencia, Innovación, Investigación y Transformación Digital, Iván Aitor Lucas, «tiene un gran retorno, multiplicando prácticamente por tres». Lucas hizo hincapié también en que «el empleo que genera es de alto impacto».
El centro de I+D de Escribano en La Curtidora se nutre fundamentalmente de ingenieros, tanto de software como mecánicos o electrónicos. Y la empresa se ha encontrado con que Asturias es «un buen sitio para contratar». Tanto los que ya están trabajando en Avilés como los comenzarán a hacerlo en los próximos meses se dedicarán al desarrollo de tecnologías para sector de defensa fundamentalmente terrestre, aunque también, en menor medida naval.
A futuro, además del crecimiento en número de investigadores, se pretende también que cuente con entidad propia, que sea una división «con su director general y con su toma de decisiones», que se haría desde Avilés. «Nuestro compromiso con la zona es alto y tenemos interés en desarrollar tecnología aquí», afirmó ayer Javier Escribano en Oviedo.
Lucas valoró la apuesta de la compañía por Asturias como «muy importante», considerando además que «abre las puertas para inversiones futuras. El propio presidente del grupo aseguró que se está estudiando la posibilidad de una planta de fabricación, para la que aún no hay una ubicación definida.
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