«Entiendo la mirada como un vaciamiento del ego, como una apertura sin juicio»

De entre los cerca de trescientos poemarios presentados, el jurado formado por las poetas asturianas Ángeles Carbajal, Natalia Menéndez y el leonés Antonio Colinas, premio Nacional de Literatura en 1982, escogió 'Un temblor en las encinas', una obra que se compone de algunos poemas del autor escritos hace unos cuatro o cinco años, ahora depurados y simplificados, junto a otros nuevos escritos casi ex profeso para el concurso. La colección se amalgama gracias a un hilo argumental que habla «sobre la importancia de la mirada sobre la realidad y la atención», según cuenta el propio Dávila. «A través de un paseo por distintos autores y filósofos trato de contar cómo veo estos conceptos, es muy reflexivo», asegura el escritor.

Son trescientos versos que trasladan una visión del autor de «la mirada como un vaciamiento del ego, como una apertura sin juicio». Esa mirada resultó para el jurado «singular y universal derivada de la contemplación reflexiva del paisaje, un diálogo que emociona por su veraz sencillez y belleza», y eso hizo a Dávila de Tena ganador del certamen. Es el quinto premio que atesora este licenciado en Filosofía y Ciencias de la Educación, que ejerce en la Junta de Andalucía como funcionario del área de Informática. Estrenó su palmarés en 2016 con el premio internacional de Haiku por Japón Tsunenaga Hasekura, al que siguieron el García de la Huerta de Zafra en 2017, el Pepa Cantarero de Baños de la Encina en 2018 y el Eladio Cabañero de Tomelloso en 2019.

«Los premios son como la lotería», asegura Dávila quien, no obstante, reconoce que mantenía esperanzas de alzarse con el premio, como finalmente ocurrió. Se lleva pues 1.500 euros y 25 ejemplares de la edición del poemario, cuya portada estará ilustrada por Favila. Ayer recibió su cheque y el calor de un auditorio que disfrutó del acto de entrega, en el que cuatro niñas, dos de La Luz y dos del Luisa de Marillac, Eugenio Bueno, amigo personal de Ana de Valle, y Vanesa González, que también ejerció como maestra de ceremonias, pusieron voz a los versos de la ilustre poeta avilesina que da nombre al certamen, lo mismo que el premiado, quien la describió como «una figura muy interesante, atenta a la realidad y con cierta profundidad». Mientras, Tom Prendes Rubiera puso música con las cuerdas de su guitarra al evento.

Antes de eso, por la mañana, el autor mantuvo un encuentro con el público en los locales de la asociación de vecinos de La Luz, donde los asistentes tendrán la oportunidad de charlar con él sobre su trayectoria poética. Dávila de Tena también pudo pasear Avilés, a donde llegó el viernes, y de mostrarse «sorprendido por la belleza de la ciudad, que es muy bonita y acogedora».

Ahora la asociación vecinal espera poder continuar organizando este certamen, que llevaban ya dos años intentando sacar adelante. «Empezamos con la idea en 2019, pero la pandemia lo paralizó todo, aunque este año ya decidimos que teníamos que seguir adelante», cuenta el presidente del colectivo, Manuel Miranda, que también defiende que «la salud mental es muy importante, y estamos intentando organizar todas las actividades que podemos, siempre con seguridad».

La intención es continuar y proponer una nueva edición en 2022, y para ello aspiran a aumentar el número de colaboradores del certamen, entre los que se encuentra el Aula de Cultura de LA VOZ DE AVILÉS.