BORJA PINO
AVILÉS.
Miércoles, 8 de enero 2020, 01:12
Es ya una tradición por derecho propio: como cada año, tras la vorágine festiva llega el momento de dar la bienvenida a las rebajas de enero. Así, con los adornos de Navidad todavía presentes en muchos escaparates, ayer los comercios de Avilés comenzaron a anunciar ... los descuentos aplicados sobre sus productos, que, en ocasiones, alcanzan hasta el 60% del precio original. Un gesto que hace las veces de pistoletazo de salida de una temporada de consumo que, sin embargo, se presenta poco esperanzadora, amenazada por las escasas expectativas laborales, la pérdida de la voluntad de compra y el auge de la venta online.
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Reza el dicho popular que la primera impresión es la importante; de ser cierto, la que han recibido los comerciantes locales no ha sido precisamente halagüeña. Calles vacías durante la mañana, escasa afluencia de clientes y, en muchos casos, el recuerdo de una Navidad en la que el consumo ha decrecido.
«Han sido unas fiestas un poco más flojas que otros años, y lo mismo ha pasado en el primer día de rebajas, aunque todavía es pronto para opinar», reflexiona con prudencia Sandra Gómez, una de las dependientas de la tienda de efectos deportivos Décimas, situada en la calle Cuba. En su caso, la esperanza aún se mantiene razonablemente fuerte. «Mucha gente todavía está de vacaciones y con los niños en casa, así que espero que la cosa mejore en estos días», manifiesta.
Su compañero, Francisco de Jesús, es más tajante en sus afirmaciones. «El pequeño comercio se está muriendo en el centro», sentencia. En su mente todavía pervive el recuerdo de la temporada del año previo. «De 2018 a 2019 creció algo, pero ahora ni siquiera ves a gente por la calle», declara, y señala a las grandes superficies y a internet como principales responsable. «La gente ya no tiene mucho tiempo para ir de compras; prefiere ir a centros comerciales, donde lo tienen todo, o comprar online».
En la misma calle, unos metros más adelante en dirección a Las Meanas, Mariluz Muñiz, al frente de la tienda de moda juvenil Metápolis, expresa una opinión parecida. El escaso tránsito de potenciales clientes condiciona sus previsiones, ensombrecidas, una vez más, por la palabra 'internet'. «No vamos a ir en contra del mundo. El negocio digital va ganando terreno, y es imposible concienciar a la gente del valor del pequeño comercio», señala. Y augura que, de no producirse un cambio radical en la deriva actual, «2020 será peor que 2019 para nosotros».
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No obstante, a su juicio existe un condicionante añadido, muy marcado en Avilés: las expectativas profesionales. «No vemos mucho futuro en el empleo en la comarca; la situación de Avilés es mala, y eso influye mucho a la hora de gastar», indica Muñiz.
Para Anisoara Leauta Tarcaet, propietaria del comercio de ropa y complementos femeninos T & T, en la calle Rui Pérez, el cierre de Baterías a primeros del pasado octubre marcó un antes y un después en la situación del comercio local. «Fue un palo para el empleo, y no me parece que la contaminación haya bajado; lo que sí noto es que Avilés está muerto, no hay ni la mitad de gente que el año pasado», afirma. Su comercio lo ha acusado especialmente, pues «aquí vendemos calidad, nos cuesta mucho y se nota. Ojalá ahora saque para pagar lo que debo».
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En el área urbana de Avilés, pocos son los negocios que han adelantado las rebajas este año. Uno de los que sí lo ha hecho es One Foot, céntrica tienda especializada en la venta de artículos para surferos y patinadores, y tras cuyo mostrador despacha Victoria Cuesta. En su caso, la campaña de descuentos comenzó dos días antes de Reyes, con descuentos puntuales poco antes de Navidad. Si embargo, eso no ha impedido que las ventas durante las fiestas hayan escaseado. «Ha sido una Navidad muy dura, con ventas muy bajas», recuerda, antes de puntualizar cuál es, a su juicio, la razón: «no hay ni un duro, directamente».
No obstante, no todos los comerciantes expresan juicios tan tendentes al pesimismo. En la zapatería Pisando Fuerte, frente a la plaza de Pedro Menéndez, Elsa García aún recuerda los buenos resultados logrados durante los pasados días festivos. «La Navidad ha ido muy bien, y las rebajas, de momento, también; esperamos que sigan en esta línea», confía, convencida de que los descuentos ofrecidos desde Nochebuena han influido positivamente en la voluntad de compra. «Es verdad que vemos a poca gente por la calle y que muchos clientes están viniendo a cambiar lo de Reyes, pero también registramos compras».
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El optimismo también se impone en Madre Tierra, comercio especializado en moda, complementos, decoración y artesanía. «Por ahora, la cosa ha empezado tranquila, porque la gente empieza a trabajar y los niños todavía están en casa, pero espero que empiece el movimiento muy pronto», expresa Patricia Antuña. Su reciente experiencia navideña alimenta esa convicción, pues el índice de ventas creció con respecto al mismo periodo del año anterior. «Menos el domingo de Reyes, cuando la gente prefería quedarse en casa o ir a centros comerciales, nos fue un poco mejor».
En el caso de la interiorista Susana Perancho, hace ya un año que abrió en la calle del Sol su actual negocio, Espacio Óvalo, una fusión de galería de arte, taller de interiorismo y tienda de productos de segunda mano, con la mirada puesta en fomentar la economía circular. En sector tan específico, la previsión de las rebajas de este año, sin ser abiertamente optimista, tampoco tiende al pesimismo. «En rebajas de 2019 no se movió nada de nada, pero ojalá vaya bien este año», manifiesta con alegría.
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