Secciones
Servicios
Destacamos
ALEJANDRO L. JAMBRINA
AVILÉS.
Miércoles, 7 de septiembre 2022, 01:20
La huelga indefinida de las trabajadoras de ayuda a domicilio y centros de día en Asturias continúa y ya alcanza 21 días de parones. Las empleadas reivindican unas condiciones de trabajo «más dignas» y culpan a los ayuntamientos y a las contratas que prestan el servicio de no querer llegar a un acuerdo para renovar el convenio colectivo y mejorar sus condiciones económicas. Pero lo cierto es que hay un cuarto actor afectado por este conflicto del que nadie se acuerda: los usuarios.
En Asturias son cientos las personas que dependen de este servicio social, usuarios con diferentes grados de dependencia, como Juani Carretero, una vecina de La Luz de 73 años que, tras sufrir un ictus tiene reconocido un 75% de discapacidad, sufre una parálisis en la mitad de su cuerpo y necesita una silla de ruedas para moverse.
En su caso particular, debido a sus problemas de movilidad, depende totalmente de ayuda externa para poder salir a pasear a la calle, cocinar, hacer la compra, recoger su medicación en la farmacia o limpiar su casa. Pero lo cierto es que desde hace 21 días se siente «desamparada y abandonada». «Vivo en malas condiciones», asegura.
Antes de la huelga, Juani recibía 34 horas de ayuda domicilio al mes y estaba atendida de lunes a sábado. Ahora solo son cuatro horas mensuales, «media hora los martes y otra media los jueves, pero eso no da para nada, a las chicas no les da tiempo ni hacerme la comida y encima están obligadas a marcharse a su hora para fichar, no se pueden quedar un poco más ni aunque quieran, o se meten en un problema», lamenta esta vecina de La Luz.
Reconoce sin vergüenza que a estas alturas está «desesperada y muy sola» y el problema es que la huelga no tiene vistas de terminar a corto plazo. «Desde hace casi un mes me alimento de yogures porque la comida que les da tiempo a hacer a las chicas no me da para nada, de jueves a martes estoy cinco días sola y es un horror», reconoce Juani, mientras abre su nevera y enseña la poca comida que le queda.
Como usuaria del servicio de ayuda a domicilio, Juani asegura que entiende las reivindicaciones de las trabajadoras y secunda la huelga pese a las consecuencias negativas que le repercuten como usuaria. «Yo se que las tienen muy mal y las entiendo perfectamente, esto no es contra ellas ni mucho menos, pero la empresa tiene que hacerse cargo y entender que hay muchas personas que dependemos de este servicio», reivindica.
En su caso, como en el de la mayoría de avilesinos que reciben esta prestación, es una empresa la que se encarga del servicio de atención, a través de una contrata que gestiona el Ayuntamiento de Avilés.
«Y he de decir que les he llamado y no me han tratado nada bien, me dicen que es lo que hay y que me aguante, que no me van a ampliar las horas de atención aunque lo necesite», denuncia Juani, que además no tiene familia que pueda ayudarla.
«Tengo una hermana en Bilbao que vino a traerme comida cuando se enteró de la situación, pero se tuvo que marchar al día siguiente y he llegado a pedirle al fisioterapeuta que viene a atenderme que me haga el favor de traerme algo de fruta de vez en cuando», explica esta avilesina.
El objetivo de Juani es que esta reivindicación pública anime a otros usuarios que estén en una situación similar a denunciar. «Estoy segura de que somos muchos los que estamos igual, a ver si sacando a la luz los problemas la empresa hace algo porque así no podemos seguir», insiste Juani desde la soledad de su hogar, en el que la única compañía que tiene desde hace semanas es la de su gata, la pequeña Bimba.
Tras 21 días de huelga indefinida, las trabajadoras del Servicio de Ayuda a Domicilio (SAD) y centros de día de Asturias no acaban de llegar a un acuerdo, ni con la patronal ni con el Principado. Tras haber rechazado la última propuesta de la patronal el pasado mes de agosto, las empleadas denuncian que la subida salarial propuesta por las empresas empezaría a aplicarse a partir de 2025, «sin embargo 2020 y 2021 estuvieron muertos y pretenden que en 2022 sea lo mismo», explicaba en la última concentración Feli Sierra, una de las representantes del colectivo a nivel local. Por si fuera poco, las trabajadoras han denunciado públicamente la falta de entendimiento con los sindicatos, a los que no sienten como un apoyo en las negociaciones.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Nuestra selección
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.