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A. SANTOS
AVILÉS.
Lunes, 25 de noviembre 2019, 01:31
Antonio -es un nombre falso para preservar su anonimato- pasea una máquina de recogida de hojas por las inmediaciones del polideportivo de Los Canapés mientras masculla su resignación tras aceptar como mal menor una condena de trabajos en beneficio de la comunidad. Una desagradable disputa ... familiar en la que se considera víctima «de una historia inventada» acabó con una orden de alejamiento de su propio domicilio, del que no le dejan «ni recoger mi ropa y objetos personales básicos».
«El juicio no llegó a celebrarse, porque el fiscal me ofreció los trabajos en beneficio de la comunidad y si estás de acuerdo es como si admitieses que lo habías hecho», asegura a LA VOZ. No obstante, su abogado le aconsejó aceptar y no arriesgar al resultado de una sentencia en una materia tan sensible, «porque dos días en el calabozo ya te los comes y dentro de lo que cabe podría haber ido a Villabona», lamenta en referencia al centro penitenciario de Asturias.
Tras aceptar la condena de cien horas de trabajos en beneficio de la comunidad en el pasado mes de junio, Antonio, de 34 años de edad, fue asignado a uno de los organismos que colaboran con Instituciones Penitenciarias en esta materia en Avilés. En este caso le tocó el Ayuntamiento y empezó a trabajar en el complejo deportivo de Los Canapés.
Allí pasa todos los días cuatro horas de lunes a viernes, en horario de 9.30 a 13.30 horas. Su integración ha sido muy buena y solo tiene palabras de agradecimiento para las personas que supervisan las tareas que tiene asignadas. «Son gente agradable, no me dan mucha caña. Lo único que te exigen es que no les tomes el pelo y que hagas lo que se te pide».
En su caso, el trabajo consiste en colaborar con algunas las labores de mantenimiento que suelen desarrollarse en esta época del año en la zona exterior del polideportivo de Los Canapés como la recogida de hojas para limpiar ese recinto.
«Hago lo que me mandan, recoger hojas con una máquina, barrer con la escoba, ayudar a pequeñas reparaciones en algún baño, con silicona..., lo que me pidan», explica. A pesar de tratarse de una condena de cien horas, considera que los trabajos que le han asignado «no son pesados». Existe un supervisor encargado de verificar en cada caso que se está cumpliendo en tiempo y forma la tarea que se le ha asignado, tanto desde el punto de vista de sus obligaciones como las del propio Ayuntamiento de Avilés como colaborador del Servicio de Gestión de Penas y Medidas Alternativas del Principado .
Aunque este tipo de trabajos en beneficio de la comunidad no cuentan con un número de personas fijas en Avilés, aparte de Antonio hay una mujer que realiza las mismas labores en el complejo deportivo de La Toba. Otras instalaciones municipales que colaboran con Instituciones Penitenciarias son las del albergue de transeúntes, además de entidades sociales como es el caso de Cruz Roja o Remar.
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