Es el autor, junto a Jorge Chachero, del documental 'El ocaso del rey', dedicado al ciclo de vida del salmón, en el que ya en 2019 se advertía del «riesgo de desaparición» de este pez de nuestros ríos y se recordaba, que el salmón es « ... un recuerdo viviente de la última era glaciar, junto a osos pardos y urogallos».
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-El oso pardo ha pasado de unos 30 a casi 400 ejemplares en el último cuarto de siglo. ¿Es posible que el salmón también se recupere?
-Bueno, el oso no se cazaba deportivamente, o al menos no de forma masiva. Y con todo lo que conlleva el salmón detrás, igual ya está condenado en Asturias. Pero hay que intentar conservarlo, y para eso hay que vedar la pesca. El salmón no es un recurso solo de los pescadores, es un animal majestuoso y alucinante, y verlo saltando, por ejemplo en la escala de Cañu, es un derecho de todos.
-Entiendo, entonces, que para usted los cupos que propone el Principado se quedan cortos.
-Vamos por partes. Establecer cupos por río, como se hace en otras regiones con salmón, tiene lógica, si se hace para que queden en el río un porcentaje alto de individuos. Dicho esto, hay que recordar que en Asturias el año pasado se pescaron 414 salmones y que ahora se habla de establecer un cupo de 209 solo para el Narcea y 925 para toda Asturias. En el Esva, que lleva cautro años entre 1 y 6 capturas, se habla de 19. Es ridículo. Es decir, que se plantea como cupo más del doble de las capturas que se hicieron el año pasado con los ríos plagados de pescadores. Desde 2016 no se supera esa cifra de capturas, y no porque no se intente. Las capturas indican claramente que hay muy pocos salmones en nuestros ríos. Cualquier otra especie cuyas capturas hubiesen bajado de 10.000 al año a 400, estaría protegida, pero aquí lo que se hace es mero maquillaje. Lo que hace falta es una veda total hasta que se recupere.
-¿Cuánto salmón llega al río?
-Mucho menos que antes, y eso que la pesca marítima se ha reducido mucho porque hay poco salmón y resulta poco rentable pescarlo, sobre todo, con la competencia del salmón de piscifactoría. Si queremos tener datos fiables, hay que hacer conteos tan precisos como los del sistema fluvial del Bidasoa, donde hay contadores automáticos en las escalas salmoneras. Aquí hubo contadores automáticos, pero están estropeados y no se reponen; los conteos se hacen buceando en los pozos y con lo que dicen los pescadores.
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-¿Y las repoblaciones que practican algunas asociaciones de pescadores no son suficiente?
-No aportan nada. Menos de uno de cada mil alevines que sueltan llega a adulto, y la repoblación, como se hace, tiene problemas asociados, como la domesticación del animal, que cambia de comportamiento, o la pérdida de diversidad genética, porque se sueltan muchos individuos que proceden de muy pocos reproductores. Impedimos que se produzca la selección natural, una de las características que sustentan a la población y que la hace viable es que tengan variedad genética. En Gales, por ese motivo, se prohibieron las repoblaciones.
-Hay quien dice que el cambio climático va a sacar al salmón y la trucha de nuestros ríos, y eso lleva a algunos a decir que, para lo que queda, habría que aprovechar y pescar ahora.
-Es cierto que el salmón está bajando en todos los sitios, pero aquí ya está en cifras irrisorias. El Sella dio 54 ejemplares en 2021, y el Cares, 27. No hace tanto tiempo, el Sella daba miles por temporada y el Cares, cientos. El salmón es una especie en extinción, y como tal, habría que vedar totalmente su pesca. A nadie se le ocurriría poner un cupo de caza de urogallos en Asturias. No nos podemos permitirse el lujo de matar salmones; los pocos que llegan a los ríos, deberían tener facilidades para desovar.
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El Consejo de los Ecosistemas Acuáticos y de la Pesca en Aguas Continentales se reune a las cuatro y media de esta tarde para, como indicó la semana pasada el consejero de Medio Rural, Alejandro Calvo, «escuchar a todos los implicados» en la pesca del salmón para la adecuación del nuevo reglamento. del que este miércoles afirmó que «lo que comprometimos era hacerlo en base al conocimiento, los datos y el estudio científico. El consejero tiene poco que decir, sino generar un marco para exponer las distintas opiniones a partir de una propuesta técnica trabajada con todo el rigor».Calvo añadió que la propuesta «supone apenas matices, no se plantean grandes cambios». De hecho, no parece que vedar totalmente o limitar aún más las capturas esté entre sus ideas. Explicó que el debate debe «respetar la tradición y la cultura de ribera de Asturias. Una actividad que genera desarrollo económico, que es la pesca, que tiene que cumplir con que su actuacion no ponga en riesgo la conservación de la especie».
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