Dacal: «Es el día más feliz de mi vida»

La ciudad tenía una cuenta pendiente y hoy la ha saldado. El nombre de Dacal será recordado para siempre en el polideportivo de La Toba, que ya lleva su nombre y donde reposa un busto con su figura, obra del artista Favila. Hasta allí llegó toda una representación de la sociedad avilesina y, sobre todo, del mundo deel deporte local, en una carrera de relevos que partió a las once y media de la mañana de la plaza de España, con el propio Dacal siguiéndola en un coche descapotable para completar, además, el último relevo a la antorcha. La llama le fue entregada por otro medallista avilesino, Alfonso Menéndez Vallín, oro en tiro con arco en Barcelona 92.

Hasta La Toba se acercaron decenas y decenas de personas que le profesaron así su cariño a Dacal. Desde antiguos compañeros de boxeo hasta miembros de la Atlética, su club, y de otras agrupaciones deportivas. «Me prometí no llorar pero no lo consigo», aseguraba Dacal al inicio de los actos, visiblemente emocionado y afectado por la enfermedad que padece, la ELA. «Es el día más feliz de mi vida», reconocía.