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Julio César Rodríguez Seoane tiene 94 años y su mayor ilusión es encontrar a su familia avilesina, una búsqueda que inició hace años pero que ahora se ha vuelto especialmente importante para él. Hijo de uno de aquellos emigrantes que cruzaron el océano Atlántico en busca de una vida mejor, sus raíces le tiran sobre todo ahora que sus seis hermanos mayores y sus tíos han fallecido.
Cubano de nacimiento y residente en México, Julio César es hijo de José Ramón Rodríguez Viña, nacido en Villalegre el 22 de abril de 1874, y el mayor de doce hermanos (entre ellos, Alfonso, Nicolás, Nemesia, Tomasa, Esteban y Nicasio), pero fue junto a su hermano Manuel y dos sobrinos (Diego y Pepe) con quienes emigró a Cuba, país en el que acabarían sus días tras formar allí su familia. Los sobrinos, en cambio, regresaron a España.
José Ramón se casó en Cuba con Ángela Seoane, instaló la sastrería 'El Disloque', en la avenida Montes, y de aquellos trajes a medida confeccionados en las primeras décadas del siglo veinte en los que Cuba, y sobre todo La Habana, era un sitio próspero, vivió y crió junto a su mujer a sus siete hijos. El único que queda vivo es Julio César, quien ahora inicia esta búsqueda con la ayuda de su hija Ángela. «Estoy seguro de que en Avilés debe estar esa familia que no conocí, quiero encontrarlos y hablar con ellos, quiero que me cuenten como es la tierra de mi padre, quiero saber si alguien lo recuerda. Hace veinte años empecé a buscarlos y no quiero morir sin hablar con ellos», explica desde Veracruz (México) un Julio César muy esperanzado en que esta nueva búsqueda arroje algún resultado. Porque no es el primer intento que realiza. En una visita que realizó hace unos veinte años preguntó in situ y dejó algún dato en una oficina de la que no sabe dar más detalles. En cualquier caso, aquella gestión fue infructuosa.
Su padre José Ramón echó raíces en el país caribeño sin olvidar nunca a su patria natal, de hecho formó parte del Centro Asturiano y en su luna de miel regresó a España en torno a 1910. Pero falleció cuando Julio César tenía diez años y esa ausencia paterna en una familia de emigrados es aún más honda a pesar de haber crecido junto a los 25 primos por parte materna (Seoane) antes de que emigrar en 1958 a México. Por parte de su padre solo conoció a las tres hijas de su tío Manuel, pero siempre ha querido saber si tenía otros primos y tíos y, sobre todo, que alguien le hable de su padre, de José Ramón, a quien perdió a los diez años.
En esta búsqueda que ha iniciado Julio César le ayuda su hija Ángela porque «me mueve verlo emocionado y entusiasmado con la posibilidad de saber algo de la familia que su padre dejó en España». «Con el pasar de los años la ausencia de su padre siendo él tan niño se ha hecho más profunda» y añade que «mi padre ha vivido una eterna nostalgia por su tierra, Cuba, y por la tierra de su padre, España. Yo espero ayudarlo a sanar esa nostalgia».
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