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EVA FANJUL
Domingo, 7 de abril 2019, 08:31
Villalegre posee un nutrido patrimonio urbanístico, legado en buena parte por su pasado indiano. El catálogo urbanístico de protección del Ayuntamiento de Avilés recoge una veintena de edificios tanto civiles como religiosos de este barrio. Sin embargo, una cuarta parte de estos elementos reconocidos por su valor histórico y patrimonial se encuentran en situación de total abandono y presentan un pésimo estado de conservación.
En la calle Santa Apolonia, principal arteria de Villalegre, encontramos algunos de los bienes patrimoniales con mayor riesgo de ruina. Entre ellos destaca por su valor histórico la ermita de San Roque y Santa Apolonia, construida en 1589.
La pequeña capilla lleva años abandonada y ya ha sufrido el hundimiento de parte de su techumbre, lo que ha ocasionado diversos daños en su interior. De cabecera plana y con cubierta adintelada en la parte interior y a dos aguas en el exterior, el pequeño templo está rematado en espadaña, bajo la que conserva «la lápida fundacional de gran valor en la que se puede leer la fecha de construcción y que fue un encargo del entonces regidor de Avilés y Corvera, municipios que en aquellos tiempos estaban unidos», explica Miguel Ángel Díaz García, secretario de la cofradía de La Luz y estudioso de la historia y el patrimonio de Villalegre.
Frente a la ermita de San Roque, hay otra construcción protegida en la que se aprecia un importante deterioro. La edificación se encuentra deshabitada y forma parte de un conjunto de casas populares protegidas, en general en uso y bien conservadas, que se disponen desde el número 148 al 158 de la calle Santa Apolonia.
La arquitectura indiana salpica Villalegre de construcciones emblemáticas que hablan de la presencia en la zona de numerosas familias retornadas de ultramar con grandes fortunas desde mediados del siglo XIX y principios del XX. «Villalegre en su conjunto tuvo un desarrollo urbano y social muy importante con el apoyo de los indianos. Si en 1890 llega a Villalegre el agua, el alumbrado público el tranvía y el teléfono es gracias a los indianos», indica Miguel Ángel Díaz.
En el número 101 de esta calle se encuentra otro de los elementos patrimoniales más destacados de la arquitectura indiana de Avilés y que presentan un peor estado de conservación. Se trata del conocido como la casa de Maribona o chalet del puente, que fue propiedad de José Rodríguez Maribona. Éste emigró a Cuba junto a su hermano Francisco, donde tenían familia y se dedicarían a la banca y al comercio textil. Se trata de una pintoresca casona de indianos. obra de Arturo Fernández Cueto. en la que destaca la ornamentación de sus aleros en forma de puntillas y la pasarela de fundición que la conectaba con la calle.
Junto a ella, en el 103 de Santa Apolonia se encuentra otra casa protegida, la de Joaquín Díez Canseco, también en muy mal estado. «Díez Canseco, que fue oficial mayor del
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