La crisis provoca que el puerto cierre 2020 con una caída del 20% en su tráficos

Salvo la pesca, que marcó un año de récord, todos los tráficos estuvieron marcados por las cifras negativas. La caída más significativa ha sido la de la mercancía general, que perdió en el pasado ejercicio el 45,554% de su actividad de su actividad, lo que supuso 716.042 toneladas menos que en 2019. Los graneles sólidos, otro de los tráficos cautivos más importantes del puerto, registraron un descenso interanual de 42.824 toneldas, lo que equivale a una bajada del 5,96%

Este resultado deja a las cuentas de la Autoridad Portuaria en el límite de su equilibrio financiero. Los buenos resultados de años anteriores no implican ningún peligro y se mantendrá su plan de inversiones, pero de mantenerse la tendencia comenzarían a sonar las alarmas.

Además, el consejo de administración de la Autoridad Portuaria aprobó ayer la concesión durante diez años del uso de las instalaciones de la antigua lonja por parte de la Policía Nacional y Guardia Civil. Se trata de espacios de oficinas que hasta el pasado 31 de diciembre fueron ocupados por la Cofradía de Pescadores Virgen de las Mareas y que debió abandonarlas una vez agotada la concesión y la Autoridad Portuaria no aprobase la solicitud de prórroga.

En concreto, la Policía Nacional destinará 60 metros cuadrados de la primera planta a las oficinas de la Brigada de Extranjería y Fronteras que habitualmente trabaja en los espacios portuarios. Por su parte, la Guardia Civil ha solicitado 286,28 metros cuadros en la primera para las diferentes competencias que tiene en el ámbito portuario y marítimo.