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FERNANDO DEL BUSTO
AVILÉS.
Lunes, 1 de octubre 2018, 03:31
El Pabellón de Exposiciones de La Magdalena despidió ayer la edición de verano de la Feria de Saldos y Stock con el amargo sabor de haber visto reflejado en el certamen la crisis que viene sufriendo el comercio de proximidad. «Esta feria no deja de ... ser un reflejo de la campaña», resume Juan Rodríguez, de Verano, uno de los participantes que suma más participaciones. «Esta campaña no está siendo buena para el comercio», asegura.
Y es que este año se suman una serie de condicionantes que vienen haciendo mella en la actividad comercial. A la incertidumbre económica, se unen cambios legislativos anteriores. La desaparición legislativa de la temporada de rebajas ha golpeado duramente al comercio. «Ahora estamos vendiendo en rebajas casi todo el año. Incluso llegamos a tener precios de saldos en el local», afirma Javier Pilleiroa, de Guapa.
Los problemas no cesan y la inestabilidad del tiempo también afecta. «Este año, junio y julio fueron muy malos y casi no vendimos. La temporada de verano casi empezó en agosto», comenta Irene Alba, de Mercería Alba, de Gozón. «El clima está cambiando. La división tradicional de las estaciones ya no resulta operativa en el comercio», apunta. Por su parte, Honorio Olivera, de A medias, de Las Vegas, aseguró que la feria estaba siendo «floja» y que las ventas «este año no acompañan».
De esta manera, la mayor parte de los comerciantes consultados por este diario resumen el balance de una feria como «floja», si bien aún quedaba el momento fuerte del domingo y recordando que, de las dos citas anuales, la feria de septiembre siempre ofrece peores resultados.
Con todo, también aparecen expositores con otra versión. Como Juvima, donde Bibiana González asegura que la jornada del sábado había sido «buena». Respecto a la marcha del año comercial, afirma que el tiempo de la pasada primavera «no nos acompañó nada. Nosotros estamos especializados en ceremonia y eso nos permitió sobrevivir, pero la primavera fue muy mala».
Francisco López, de Hipermueble, también hace un balance positivo. La mayor parte de los sillones y colchones lucían el cartel de vendidos, con precios que incluían el traslado y la instalación. «Mira estos precios», comenta indicando un sillón de tres plazas que ha vendido en 230 euros, «no ganamos dinero con ello, pero son piezas que tenemos que ir sacando porque ya no están de moda. He vendido casi todo lo que traje, pero también me ha permitido que posibles clientes nos conozcan», asegura. Y es que la Feria de Saldos sigue contando con el favor del público.
Ayer, entre 6.500 y 7.000 personas se acercaron hasta el Pabellón de Exposiciones de La Magdalena, según las estimaciones de la organización, la Cámara de Comercio. De esta manera, a lo largo de los dos días habrían pasado por el recinto ferial entre 13.000 y 14.000 personas.
Las atracciones de Guajelandia, tanto en la primera planta como en la planta baja, hacían la visita más atractiva para las familias, ya que los pequeños disponían de un espacio para jugar.
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