La contaminación se reduce en un 25% tras cuatro años de planes de calidad del aire

Es el resultado del comienzo de la implantación de medidas correctoras y de control contempladas en los dos planes de calidad del aire que desde entonces se han puesto en marcha, el primero para el período entre 2014 y 2017 y el segundo de 2017 a 2019 y aún en marcha.

Las acciones más importantes y, desde luego, las más costosas desde el punto de vista económico han correspondido a las empresas, sobre todo a Asturiana de Zinc, principal operador del puerto avilesino, que en los últimos años ha construido dos naves para el almacenamiento de blanda y cintas transportadoras para conducir el material directamente desde el puerto hasta las instalaciones de la compañía en San Juan de Nieva. El coste de ambas instalaciones ronda los 25 millones de euros.

No es la única. La inversión privada para mejorar la calidad de aire en los últimos cuatro años ha ascendido a 39 millones de euros, según los cálculos del Principado, e incluso ha superado la marcada en los planes de calidad con medidas adicionales a las que allí se contemplaban. El resultado, no obstante, es satisfactorio, y ha permitido reducir de forma notable la cantidad de partículas en suspensión en la atmósfera en la zona que más preocupa y en la que los valores siempre han estado más disparados: la margen izquierda de la ría y el entorno portuario.

Cada uno de los dos planes fijaba una quincena de medidas. Se empezó identificando las actividades potencialmente contaminantes y, paralelamente, desarrollando un sistema de predicción de fenómenos meteorológicos que dificultasen la dispersión de los contaminantes por la atmósfera provocando su concentración en las capas más bajas y en el aire urbano, y se diseñó un protocolo de actuación ante situaciones límite.

Comenzaron las acciones en el puerto, con los apantallamientos, los riegos, la instalación de nebulizadores... La Autoridad Portuaria ha invertido ya cerca de tres millones y medio de euros en este tipo de medidas. Señalado como uno de los principales culpables de la mala calidad del aire en la zona, el Puerto encargó un estudio propio que determinase el origen de las partículas en suspensión, que concluyó que en San Juan, el 43% de ellas procedían de los aerosoles marinos, es decir, que eran residuos procedentes de la descomposición de algas, plancton y otros elementos químicos presentes en el agua. Solo el 40% era atribuible a la actividad industrial y otro 10% al tráfico. En la zona de Maqua, por contra, el peso de la actividad industrial es mayor y llega a superar el 51%.

No obstante, el Puerto no ha dejado de desarrollar medidas encaminadas a reducir esas partículas, lo mismo que las empresas. En los últimos meses se han iniciado, por ejemplo, mejoras en los filtros de mangas de AZSA y el área de la antigua fábrica de ácido de esta empresa. El puerto ha continuado con los apantallamientos, ha plantado más de un millar de árboles que también se espera que sirvan de barrera y ha repavimentado la avenida de la Playa, que se suma al arreglo de la travesía de la Industria llevado a cabo por el Ayuntamiento. Se intensifican la limpieza y el riego de los viales, tanto en el interior como en el exterior del las instalaciones portuarias, mientras que el Principado ha modificado las autorizaciones ambientales a las empresas de la zona y intensificado los controles.

No está todo hecho. A pesar de que la mayor parte de las medidas contempladas en el plan 2017-2019 ya están ejecutadas o en marcha, aún hay otras pendientes. Es el caso del plan de movilidad del Ayuntamiento de Avilés, que se espera que contribuya a reducir las emisiones provenientes del tráfico, y cuyo estudio no ha salido aún a concurso, y aunque el gobierno ha manifestado su intención de dar este paso en las próximas semanas acumula ya varios años de retraso. Están también por comenzar las mejoras en el parque tratamiento de escorias de ArcelorMittal y de los viales internos de la compañía, mientras que Fertiberia también tiene que llevar a cabo algunos apantallamientos y asfaltados y la empresa García Munté también tiene algunos trabajos pendientes.

Una de las medidas más llamativas, la instalación de cámaras de videovigilancia para comprobar si los picos de contaminación se deben a actuaciones concretas en el entorno portuario, aún está sin implementar, aunque se espera que esas cámaras puedan ponerse en marcha el año que viene.