40 horas de cola para comer en la calle

Este año, además, se superó el récord de espera porque los primeros de la fila estuvieron nada menos que 40 horas al raso y ayer, cuando dieron las nueve de la mañana y por fin se abrieron las puertas del edificio de la Antigua Pescadería donde se realizan las inscripciones, casi no tenían fuerzas ni espíritu para celebrar su hazaña.

«Fuimos los primeros en llegar el miércoles sobre las dos de la tarde. Hemos pasado unas 40 horas en la cola sin poder ir al baño porque cerraron el que hay en el edificio y con la luz apagada porque nos la quitaban por las tardes, ha sido una experiencia agotadora», reconocían justo antes de entrar en la Antigua Pescadería los dos primeros de la cola, Hayle Castro y Sheila Hernández.

Como ellos, los que ocupaban los primeros puestos de la fila eran en su mayoría hosteleros, que prácticamente se ven obligados a pernoctar dos noches al raso si quieren asegurarse de que nadie ocupa las mesas frente a sus establecimientos.

«El año pasado nos pasó eso, no conseguimos ser los primeros porque solo pasamos una noche en la fila y ya nos quedamos sin espacio delante del bar. Pero claro, nosotros tuvimos que coger mesa delante del de otros compañeros y así todos, nos vamos tapando sitio y es una situación bastante fastidiada», lamentaban Hayle Castro, de La Arcea de El Carbayedo, y su colega Moisés García, del bar La Antigua, que este año sí fueron previsores, pero a costa de no dormir en casa durante dos noches consecutivas.

Pero no solo fueron hosteleros los que guardaron la fila durante tantas horas. Esther María Bayón tiene 68 años y estuvo entre las diez primeras personas cuando abrieron las puertas. «El Ayuntamiento organiza fatal esto todos los años, pero esta vez todavía peor. Nos dejaron sin cuarto de baño porque les apetecía y no ponen a nadie de seguridad controlando, tenemos que ser nosotros mismos los que hacemos una lista para vigilar que nadie se cuela y nos damos turnos para poder ir al baño y descansar un poco. Es tercermundista», protestaba esta avilesina, exhausta tras la espera.

Además, cabe destacar que esta odisea solo sirvió para conseguir la cita previa, ahora los hosteleros y el público en general tendrán que volver el próximo lunes con su número a la Antigua Pescadería, por estricto orden, para poder formalizar la reserva definitiva y elegir así el lugar que ocuparán sus mesas en la Comida en la Calle del Lunes de Pascua.