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Un grupo de jóvenes en El Carbayedo

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Un grupo de jóvenes en El Carbayedo José Simal
Comida en la Calle de Avilés

Cumpleaños, carricoches para estrenar una plaza y una tradición a base de sobras: las anécdotas de la Comida en la Calle

El evento, que este año ha contado con dos nuevas ubicaciones, ha congregado a miles de personas

Lunes, 1 de abril 2024, 21:44

Se esperaba una afluencia masiva y los avilesinos no han fallado a su cita con la Comida en la Calle. Toda la ciudad se ha echado a las calles de la villa para cumplir con la tradición, que este año ha sentado a comer a 15.000 personas a lo largo de cinco kilómetros de mesas. La jornada ha transcurrido con total normalidad y como cada año, no son pocas las anécdotas que deja la gran fiesta de Avilés.

Los carricoches estrenan la plaza de Pedro Menéndez

Un grupo con una decena de carricoches se dieron cita en la plaza. José Simal

Uno de los espacios que se estrenó este año en la celebración de la Comida en la Calle fue la plaza de Pedro Menéndez, un lugar privilegiado para las familias que pudieron disfrutar del día tras la peatonalización de la zona. Fue el caso de un grupo de unas treinta personas que encargaron mesas en la plaza y reservaron sitio para una decena de carricoches de bebés.

«Somos un grupo de amigos desde hace mucho tiempo, lo que pasa es que este último año coincidieron siete embarazos y pensamos que esta plaza podía ser un buen sitio para juntarnos y dejar los carritos», explicaba Arancha Gutiérrez, una de las madres.

«La verdad es que ha quedado genial, con el parque infantil te da mucho juego y da gusto. Nosotros venimos el resto del año y hoy pensamos que también era un buen sitio, está genial», coincidía Enol Sánchez.

«Los carricoches ocupan espacio y aquí no tenemos problema, hay sitio de sobra y da gusto», añadía Belén Gómez, otra de las mamás.

Además de este grupo, en la plaza y en el parque de El Muelle hubo otras tantas familias y el parque infantil se llenó de niños durante toda la jornada, incluso después de que se recogiesen las mesas.

De pasar dos noches al raso para lograr mesa a hacerlo en un click

El grupo de Sergio Cos y Hayle Castro, disfrutando en El Carbayo. José Simal

Los temas de conversación en las mesas de El Bollo fueron muchos y muy variados, pero uno de los dominantes fue la experiencia con el nuevo sistema de reserva online. Había loas y también críticas. Entre los primeros, un grupo de jóvenes de los que hasta el año pasado acostumbraba a pasar la noche al raso para asegurarse un sitio, unos veinte amigos de Avilés y Corvera principalmente, encabezados por Sergio Cos y Hayle Castro, que en 2023 llegaron a dormir hasta dos noches en la plaza de Santiago López. «Así es mucho mejor», aseguraban cuando ya habían comenzado a dar cuenta del menú dispuesto en la plaza del Carbayo. Pasaron de ser los terceros en la cola a unos de los primeros en hacer click en la web que habilitó el Ayuntamiento para las reservas. Otros, en cambio, corrieron peor suerte. «No puede ser que a los dos minutos ya tuviera el número cuatrocientos y pico», se lamentaba Javier en la calle de La Estación, que no era la ubicación que buscaba. Otros grupos comieron de pie porque no habían conseguido sillas para todos. «No hay sistema bueno», zanjaba Carmen Martín.

El parque de El Muelle aprueba con nota

El parque de El Muelle se lleno de gente J. Simal

«Solíamos ponernos en la plaza, pero nos tocó ele parque de El Muelle, y estamos mucho mejor de lo que pensábamos», contaba Antonio Sánchez que, ataviado con el traje regional, compartió mesa con un grupo de unas sesenta personas en una de las mesas más cercana a la calle de El Muelle. El parque se estrenaba este lunes como escenario de la Comida en la Calle, tras la reciente peatonalización de la plaza de Pedro Menéndez, y fue una zona muy concurrida en la que los comensales, por norma general, se encontraron muy a gusto.

«Está muy bien, muy tranquilo y muy agradable», aseguraba Ana Belén González. Lo cierto es que, a pesar de las rachas de aire que se dejaron notar en algunas calles cercanas, donde volaron los platos y vasos, en el parque los comensales disfrutaron de unas condiciones bastante más favorables y, sobre todo, gozaron de espacio para poder moverse y charlar unos con otros durante la comida y, sobre todo, en la sobremesa.

Pese a la desconfianza inicial que existía, por tratarse de un espacio muy abierto, pudo disfrutarse de la jornada tanto en el propio parque como en la plaza de Pedro Menéndez, que también se llenó de mesas de la organización, que convivieron con las de algunas terrazas. Muchos aseguraban que repetirían en años futuros, por lo que parece que apostar por ese nuevo centro neurálgico de la vida social avilesina ha sido uno de los aciertos de este año.

Un cumpleaños muy especial rodeado de miles de personas

Luis Alberto García celebró su cumpleaños en Galiana. J. Simal

Cumplir años siempre es especial y pasar una fecha tan señalada rodeado de amigos mucho más, pero celebrarlo en una fiesta como la Comida en la Calle supera todas las expectativas. Eso es lo que vivió Luis Alberto Rodríguez, un avilesino que cumplió 25 años en la calle Galiana y que vivió la experiencia de que cientos de personas le cantasen el 'cumpleaños feliz' al unísono.

«Al ser en abril ya sabía que podía coincidir y la verdad es que es una pasada, otros años ya lo había celebrado durante la Comida en la Calle, al menos la previa del cumpleaños, y me encanta», reconocía el cumpleañero, al que sus amigos le prepararon una tarta con velas, unos globos y la sorpresa de que algunos de los bares de la zona le pusiesen música especial a través de la megafonía.

«Siempre hay alguna historieta especial como esta y nosotros encantados de poder ayudar a que se lo pasen bien en un día como este», comentaban algunos de los hosteleros que participaron en la sorpresa del cumpleaños.

Benjamín Lebrato continúa fiel a su bocadillo de calamares

Aníbal Siñeriz, Benjamín Lebrato, Juan Rivero y José Ramón Rodríguez.

Las buenas tradiciones no deben de perderse y el presidente de la Cofradía de El Bollo, Benjamín Lebrato, tiene una muy especial que cumple el día de la Comida en la Calle desde hace más de una década. Su ritual es comerse un bocadillo de calamares y tomar un gin tonic en el restaurante Casa Tataguyo, una tradición que este año repitió rodeado de amigos.

Cómo y por qué surgió esta costumbre es sencillo y él mismo lo explica. «Todos los años me dedico a hacer fotos por todas las calles y siempre que llegaba al Tataguyo el resto de miembros de la cofradía ya habían comido. Entonces cogía las sobras, pero me sentaba muy pesado y así se me ocurrió lo del bocadillo», explica.

Esta tradición comenzó en el año 2010 con su buen amigo HerminioSánchez, ya fallecido, y ahora la repite con otros colegas. Este año se comió su bocadillo junto a Aníbal Siñeriz, Juan Rivero y José Ramón Rodríguez. «Nos sabe a gloria, como todos los años», aseguraba.

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