El comercio local se prepara para reabrir pendiente del BOE

«Lo que está claro es que si se mantienen las franjas horarias actuales van a perjudicarnos porque la gente no va a hacer sus compras a primera hora y nosotros no podemos abrir hasta las once de la noche», reivindica la comerciante, que tiene claro como adaptará sus horarios a partir de ahora. «Voy a reservar una hora, de diez a once, para gente mayor o vulnerable que prefiera evitar contacto con los demás y acuda con cita previa. Después hasta las dos y otras cuatro horas por la tarde para el resto», explica Tárraga. Estos últimos días los ha dedicado a limpiar, desinfectar y reorganizar todos los productos de su tienda. «Voy a limitar el aforo a unas cinco personas y será obligatorio acceder con mascarilla y guantes», recuerda.

La limpieza exhaustiva y la desinfección de cada rincón y estantería también está siendo una prioridad para Arturo Díaz, dueño de la tienda de moda Brockman, en la calle de La Fruta. «Hay que volver a trabajar, que ya llevamos mucho parados, y para eso tenemos que hacerlo con seguridad». Ha clausurado uno de los tres probadores de la tienda «para mantener las distancias» y restringirá su aforo a cuatro personas. No hay duda de que el sector de la moda es de los que más ha sufrido el parón provocado por la crisis sanitaria. «Esto nos pilló con la mercancía de la nueva temporada recién llegada y teníamos que estar vendiéndola desde hace semanas», lamenta Díaz. «No queda más remedio que aplicar algunos descuentos para dinamizar las ventas y confiar en que los avilesinos apuesten más que nunca por el comercio de cercanía».

Ese es el mismo mantra que se repite estos días Bárbara González, de Regalos Jesús. «Ha sido un caos porque nos hemos perdido campañas muy importantes como el Día del Padre y el de la Madre, las comuniones o los viajes de estudios». Su caso es particular porque durante estas semanas ha aprovechado para hacer obras en su negocio y ahora cuesta más trabajo que todo esté a punto para el lunes. «Además de colocar toda la mercancía y preparar las medidas de seguridad oportunas, estamos terminando de instalar los sistemas informáticos y es un agobio, ojalá merezca la pena y volvamos a remontar gracias al apoyo de los clientes.» Eso sí, para eso cree que hacen falta «medidas más flexibles y modificaciones en las restricciones o nadie va a salir a la calle a comprar», reconoce.

Eso mismo opina Anafran Pérez, de la librería infantil Cosas en Familia. «Esta semana he atendido a algunos clientes con cita previa, pero la atención se limita a mostrarles una selección de artículos y una librería necesita que los clientes puedan moverse por la tienda libremente y mirar con calma las estanterías», opina la librera, que estos días se dedica a abrir cajas, colocar mercancía y organizarlo todo para volver a la rutina de siempre.

«Espero que el lunes cambien muchas cosas y pronto volvamos a la normalidad, hagamos encuentros de libros otra vez y los clientes respondan. Hacer previsiones de como irán las cosas es arriesgado, pero mi esperanza es aguantar por lo menos hasta a las Navidades, y a partir de ahí veremos como evoluciona la vida», asume Ana Fran Pérez, mientras vuelve a llenar de libros sus estanterías.